Las cuatro delegaciones afganas reunidas en Bonn desde la semana
pasada para definir el futuro del país tras la caída del régimen
talibán firmaron ayer el acuerdo que establece el nuevo Gobierno
transitorio que dirigirá el país tras dos décadas de guerra. Tal y
como estaba previsto, la Alianza del Norte ha cedido la presidencia
del nuevo Ejecutivo a un aliado del ex rey Zahir Sha, el pashtún
Hamid Karzai, aunque conserva, en consonancia con su posición en el
terreno, los ministerios más importantes.
La ceremonia de firma en Petersberg, a la que asistió el
canciller alemán, Gerhard Schroeder, se produjo después de que la
Alianza del Norte, el Grupo de Roma leal al ex rey, el Grupo de
Peshawar y el Grupo de Chipre, llegasen a un compromiso sobre la
composición del nuevo Gobierno tras unas maratonianas negociaciones
nocturnas. El día anterior, todos ellos habían aceptado el borrador
de acuerdo presentado por la ONU, que establece un Gobierno de 29
miembros: un primer ministro, cinco viceprimeros ministros y 23
carteras. El nuevo Ejecutivo estará presidido por Hamid Karzai, de
44 años de edad, uno de los representantes de la nueva 'hornada' de
dirigentes anti-talibán que han asumido cada vez más protagonismo
en detrimento del presidente legítimo del país, Burhanudin Rabani,
quien ha obstaculizado constantemente los trabanos de la
conferencia con sus críticas a su propia delegación. Finalmente, el
acuerdo no le reserva ningún cargo específico en el nuevo
régimen.
Aunque, pese a los primeros temores de la ONU, el acuerdo sobre
la composición del Gobierno finalmente ha sido completo, once de
los nuevos ministros aún no están confirmados porque no se ha
podido entrar en contacto con ellos. Lo que sí es seguro, tal y
como se esperaba, es que la Alianza del Norte, dominada por uzbecos
y tayicos, ocupará más de la mitad de los Ministerios, entre ellos
los tres más importantes: Asuntos Exteriores, para Abdulá Abdulá;
Interior, para Yunis Qanuni; y Defensa, para Mohamed Qasim Fahim.
Entre los ministros figuran al menos dos mujeres, una de las cuales
Sima Samar, médico, ocupará una de las vicejefaturas del Gobierno.
El nuevo Ejecutivo entrará en funciones el próximo 22 de diciembre,
y deberá crear en un plazo de seis meses una comisión independiente
de 21 miembros para convocar la 'Loya Jirga' o asamblea
tradicional, que a su vez elegirá un nuevo Gobierno de transición
que gobernará durante dos años, el tiempo de elaborar una nueva
Constitución y convocar elecciones.
En cuanto al ex rey Zahir Sha, de 87 años de edad, es posible
que participe en la Jirga e incluso que se encargue de inaugurarla.
Sus partidarios también han propuesto que sea él quien presida el
segundo Gobierno de transición, aunque nada de esto se ha precisado
en el acuerdo de Bonn. Por otro lado, el acuerdo alcanzado marca
una nueva etapa en las relaciones de Afganistán con la comunidad
internacional y las organizaciones humanitarias, que aceleran sus
planes para la reconstrucción del país para paliar, en lo posible,
la tragedia de millones de refugiados.
Apenas sellado el histórico acuerdo que abrirá la transición
hacia la democracia, el enviado de la ONU para Afganistán, Lakhdar
Brahimi, y el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer,
volaron a Berlín para inaugurar la conferencia de países donantes a
ese devastado país. Fischer destcó que el futuro de Afganistán
está, en primer lugar, «en manos de los afganos», pero ello no
quita que la comunidad internacional esté actualmente comprometida
a «actuar masivamente».
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