Dos meses después del comienzo de los bombardeos estadounidenses
contra Afganistán, el régimen talibán perdió ayer el control de su
último bastión de Kandahar (sur), una ciudad de la que se ha
apoderado el caos y el pillaje, a la espera de la llegada masiva de
tropas de la Alianza del Norte y del Ejército Aliado. Asimismo,
continúa la incertidumbre sobre la suerte de su líder supremo, el
mulá Mohamed Omar. La caída de Kandahar, feudo político y religioso
del régimen talibán, representa el final de un sistema teocrático
único en el mundo contemporáneo. Asediados por fuerzas tribales
afganas, los talibán aceptaron rendirse a Hamid Karzai, elegido
jefe del gobierno interino en las negociaciones interafganas de
Bonn.
Karzai anunció que con la caída de Kandahar, el régimen talibán
ha desaparecido de Afganistán. «Los talibán se rindieron en
Kandahar y entregaron las armas», afirmó un responsable del nuevo
Consejo local que ha tomado el control de la ciudad, Hajid Bashir
Ahmed. Los habitantes de Kandahar declararon que los hombres del
mulá Naqibullah, ex comandante muyahidín, «entraron en la ciudad
esta mañana (por ayer)». «Por la tarde, los hombres de Gul Agha,
antiguo gobernador de la provincia de Kandahar, entraron también en
la ciudad y se dirigieron directamente a las oficianes del
gobernador», según las mismas fuentes. Gul Agha habí manifestado
anteriormente su negativa a que Naqibullah ejerza el control de la
ciudad, como está previsto por un acuerdo entre los talibán y Hamid
Karzai, el nuevo líder del Gobierno afgano, que ha permitido la
rendición de Kandahar.
Los hombres de Gul Agha «llevaban las antiguas banderas negra,
verde y roja», símbolos de Afganistán hasta la llegada del
presidente pro-soviético Najibula. «Los hombres de Karzai están
también presentes y se reconocen por los trajes típicos de Uruzgan.
Por otro lado, la radio ha reanudado sus emisiones de música, pero
no difunde ni comunicados ni información», según un habitante de la
zona. «Se oyen desde lejos los disparos, pero no parece que haya
enfrentamientos», añadió. Por su parte, Hamid Karzai afirmó que
Kandahar está siendo escenario de desórdenes y pillajes, «que
comenzaron la noche del jueves cuando los talibán iniciaron la
huída».
Según Afghan Islamic Press (AIP), el mulá Omar ya no se
encuentra en Kandahar y se desconoce su paradero. Sin embargo,
según fuentes de la coalición antiterrorista, está todavía en
Kandahar y las nuevas autoridades de la ciudad están a punto de
capturarle. «Las fuerzas anti-talibán se acercan a él y, en un
plazo de tiempo razonable, se encontrará en su manos y esperamos
poder llevarle ante la justicia», declaró un portavoz
estadounidense. Asimismo, los bombardeos del Ejérctio
estadounidense provocaron la muerte de unas 10.000 personas durante
los dos últimos meses en Kandahar, en su gran mayoría milicianos
talibán, aseguró ayer un responsable de la milicia.
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