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EUROPA PRESS-BRUSELAS Italia se ha quedado sola. El bloqueo del país transalpino a la 'euro-orden' ha desencadenado multitud de críticas al Gobierno de Silvio Berlusconi, tanto dentro como fuera de su país. La Presidencia de la Unión Europea, que actualmente ejerce Bélgica, rechazó ayer la nueva propuesta de los italianos para desbloquear la aprobación de la medida. El Gobierno español insta al Ejecutivo italiano a que recapacite para evitar otras interpretaciones, ya que su bloqueo a la orden europea sólo beneficia a los delincuentes. El ministro de Justicia italiano, Roberto Castelli, propuso una 'euro-orden' aplicable a tan sólo 16 de los 30 delitos contemplados en el boceto inicial de la normativa acordado el miércoles por el resto de los socios comunitarios, algo que Bélgica ha considerado inaceptable. Entre los delitos que Italia no está dispuesta a aceptar figuran la corrupción, el blanqueo de dinero o el fraude.

Desde el Gobierno español se valora con moderación la decisión del Ejecutivo italiano. El ministro del Interior, Mariano Rajoy, pidió a Italia que reflexione sobre su bloqueo para evitar otras interpretaciones. Para el vicepresidente primero, Bélgica hizo el miércoles un «esfuerzo colosal» y no tiene sentido que Italia se quede sola en un tema de estas características «que se puede prestar, además, a interpretaciones que, desde luego, ni creemos, ni vamos a dárselas».

Y es que el rechazo de Berlusconi a eliminar la extradición en Europa le ha costado los ataques de la prensa italiana que especulan sobre la posibilidad de que el primer ministro transalpino esté intentando frenar la medida para evitarse problemas con la Justicia y evitárselos a sus colaboradores. La 'tormenta a la italiana' se volvió ayer más virulenta al afirmar los jueces que el bloqueo hay que unirlo a la propia experiencia del primer ministro, que tiene pendientes distintos sumarios por motivos económicos, incluso la oposición de 'El Olivo' presentó una moción en el Parlamento instando al Gobierno italiano a rectificar en Europa.

Rajoy subrayó que la puesta en marcha de una orden europea de busca y captura pretende luchar contra cualquier forma de delincuencia y que un delincuente no pueda servirse de la existencia de fronteras o sistemas jurídicos diferentes dentro de la Unión para eludir la acción de la justicia. Ninguno de los catorce socios que elaboraron el miércoles el boceto de la 'euro-orden' está dispuesto a dar marcha atrás. No obstante, de continuar así la postura de Italia, podría plantearse una cooperación reforzada a catorce dejando fuera a Berlusconi. El ministro portavoz, Pío Cabanillas, recordó, tras la reunión que celebró ayer el Consejo de Ministros, que quedan tiempo y foros para la reflexión. Así, indicó que el lunes se reunirá el Consejo de Asuntos Generales y que también queda la Cumbre de Laeken.

Además, precisó que José María Aznar, no se ha puesto en contacto con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para intentar acercar posturas. El jefe del Ejecutivo italiano justifica su postura de rechazar la inclusión de delitos como el fraude, la corrupción y el blanqueo de dinero en la futura 'euro-orden' a la «persecución» a la que le someten los jueces, principalmente el magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, según informa ayer el diario italiano 'La Stampa'. «La persecución de Garzón en mi contra, por delitos fiscales del todo inexistentes, es la prueba de por qué es tan difícil que nosotros podamos dar un consenso a una cosa tan delicada como la orden de arresto europea», indicó el primer ministro a los embajadores, según el rotativo.