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EFE - KABUL El paradero del máximo dirigente de la organización «Al Qaeda», Osama Bin Laden, y del líder supremo de los talibanes, el «mulá» Mohamed Omar, sigue sin conocerse, mientras se multiplican las informaciones contradictorias sobre el mismo tras la caída de Kandahar, el último bastión de esa milicia. Según declaró ayer el secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, la guerra en Afganistán ha iniciado una nueva fase, «complicada por el levantamiento de las diferentes etnias afganas, la crisis humanitaria y la búsqueda cada vez más intensa de Bin Laden».

Por lo pronto, el diario «The New York Times» publicó ayer que «el líder supremo del régimen talibán pudo ser capturado el viernes por la noche, cuando las fuerzas talibán perdieron el control de Kandahar». Al mismo tiempo, un dirigente de los talibanes bajo anonimato, declaró que el molá Mohamed Omar no está en esa ciudad. Además, Pakistán ha anunciado que colaborará en el cerco a Bin Laden enviando helicópteros armados a patrullar su frontera con Afganistán, para evitar que la crucen milicianos de Al Qaida.

En medio de la confusión, las montañas de Tora Bora (este), el pueblo que da nombre al complejo subterráneo en el que podría estar Osama bin Laden, fuero objeto ayer de severos bombardeos estadounidenses y de enfrentamientos entre Al Qaida y fuerzas afganas. Tropas afganas antitalibanes alegaron haber tomado control parcial de Tora Bora y, según informaciones llegadas a Kabul, habrían librado combates cuerpo a cuerpo con los incondicionales de Bin Laden.

Mientras tanto, jefes tribales y líderes locales se preparaban ayer para celebrar una reunión de la «Shura» o tradicional Consejo afgano en Kandahar, para eliminar tensiones y evitar combates por el poder entre los grupos que tomaron el control de la ciudad. El servicio en lengua dari de la BBC hablaba ayer de enfrentamientos entre las fuerzas leales a los tres jefes pastunes que tomaron la localidad.