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AGENCIAS-NUEVA DELHI Un comando terrorista irrumpió ayer en el Parlamento indio con la intención de ocuparlo durante varios días, aunque finalmente las fuerzas de seguridad consiguieron reducir a los atacantes; en la incursión, que no ha sido reivindicada pero que se atribuyó en un principio a los independentistas musulmanes de Cachemira, murieron los cinco terroristas así como seis policías y un civil. En respuesta, el primer ministro, Atal Behari Vajpayee, quien se encontraba en el edificio en el momento del ataque, anunció una guerra «a vida o muerte» contra el terrorismo.

Según informaron los medios indios, el ataque, el más grave perpetrado nunca contra esta institución, se produjo hacia las doce y media del mediodía hora local (seis de la mañana en España), cuando un comando de cinco terroristas, vestidos con uniforme de combate, llegó ante las puertas para autoridades en un coche idéntico a los vehículos oficiales. Los terroristas intentaron entrar en el edificio por la puerta de autoridades y por la reservada a los más altos cargos, como el jefe de Gobierno, siendo repelidos en todas ellas por lops agentes de seguridad. Según explicó el ministro de Defensa, George Fernandes, uno de los terroristas consiguió llegar muy cerca de la puerta que lleva a las oficinas del primer ministro antes de ser abatido. Un segundo terrorista pereció al hacer explosión las bombas que llevaba, mientras que otros tres fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.

En el tiroteo murieron seis policías y un civil, un jardinero, y otros veinte agentes resultaron heridos. En cuanto a los ministros y diputados, no sufrieron ningún daño. Según los medios indios, del material que llevaban los terroristas puede deducirse que su intención era permanecer en el Parlamento durante varios días, tal vez con rehenes. Al parecer se han encontrado gran cantidad de frutos secos, así como teléfonos móviles con tarjetas recién compradas y cargadores, receptores de radio, cuerdas y bombas.

Hace días que el Gobierno indio temía un atentado debido a la derrota talibán y después de que se produjera la detención de un miembro de la red Al Qaeda de Usama bin Laden. Las primeras especulaciones apuntaban a la responsabilidad de los terroristas independentistas de la región que India y Pakistán se disputan desde hace cincuenta años. Lo cierto es que Islamabad, a través del propio presidente Pervez Musharraf, se apresuró a condenar el asalto.