Miles de argentinos protagonizaron de nuevo ayer protestas
callejeras a pesar de la decisión del Gobierno de declarar el
estado de sitio en un intento por detener el desborde social que
causó al menos 22 muertos, centenares de heridos y más de mil
detenidos. La Policía reprimió a grupos de manifestantes que
protestaban pacíficamente en Buenos Aires frente a la Casa de
Gobierno.
Aunque las fuerzas de seguridad dispararon balas de goma y gases
lacrimógenos para disolver la concentración, los ciudadanos
permanecieron en la plaza de Mayo reclamando la renuncia del
presidente Fernando de la Rúa. Tal como había ocurrido el
miércoles, después de que De la Rúa dispuso el estado de sitio por
30 días, en las calles de la capital argentina y las principales
ciudades del interior del país se produjeron manifestaciones
espontáneas en las que los ciudadanos golpearon cacerolas.
El estado de sitio implica la suspensión de las garantías
constitucionales y faculta al Poder Ejecutivo a detener a personas
o trasladarlas de un punto del país a otro «en caso de conmoción
interior o ataque exterior», según establece la Constitución
argentina. Un día después de los saqueos a comercios que se
registraron en todo el país, las principales cadenas de
supermercados decidieron cerrar sus locales, al igual que muchos
dueños de pequeños comercios de venta de alimentos.
Viviendas ubicadas en barrios del llamado Gran Buenos Aires,
fueron saqueadas ayer por personas que ya no conseguían alimentos
en los supermercados ni los comercios. Los disturbios fue
virulentos en el centro de la capital del país, donde las fuerzas
del orden se enfrentaron cuerpo a cuerpo, con gases lacrimógenos y
a bastonazos con los manifestantes que querían llegar hasta la
plaza de Mayo, donde se halla la Casa Rosada, sede la Presidencia
del país. El Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA), una
de las tres centrales sindicales del país, llamará ayer a una
huelga general por tiempo indefinido, en otro desafío a la vigencia
del estado de sitio.
Mientras, las autoridades ordenaron a los jefes de las Fuerzas
Armadas que organicen con urgencia un operativo de entrega de
bolsas de comida entre los sectores más empobrecidos de la
población para evitar nuevos disturbios. Por otra parte, la Bolsa
de Comercio de Buenos Aires cerró sus sesiones de hoy con una
ganancia histórica del 17'48% en su principal indicador, al
convertirse en el refugio financiero por la aguda crisis social y
política que vive el país. Los ahorradores temen que la
inestabilidad política y los desmanes sociales deriven en una
devaluación de la moneda, por lo que prefieren tener títulos antes
que pesos en sus cuentas bancarias.
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