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AGENCIAS-WASHINGTON/ISLAMABAD La continuación de la guerra contra el terrorismo será el punto central de la política exterior de Estados Unidos durante 2002, según avanzó ayer su presidente, George W. Bush, quien pidió a su pueblo un esfuerzo continuado para proseguir esa lucha. En su discurso radiofónico de los sábados, el último del año y dedicado a repasar los acontecimientos de 2001, Bush destacó que éste ha sido un año «que los estadounidenses recordarán siempre» debido a los atentados de septiembre y la respuesta que dio el país.

«Por encima de todo, el año entrante requerirá nuestro continuado compromiso con la guerra contra el terrorismo», dijo el presidente para recalcar su disposición a continuar la lucha emprendida. También reconoció que la duración de la campaña sigue siendo incierta. «No sabemos cuánto durará esta lucha. Pero sólo puede terminar de una forma, con victoria para Estados Unidos y la causa de la libertad», añadió. Bush recalcó que «este año termina con progresos en el campo de batalla y logros en casa», y resaltó que las Fuerzas Armadas «han luchado con éxito» en un nuevo tipo de guerra».

Sin embargo, el presidente no apuntó en dónde puede continuar la guerra contra el terrorismo una vez que se dé por cerrado el capítulo afgano, mientras numerosos especialistas y altos cargos del Gobierno debaten si extender la campaña a otros países, como Irak o Somalia. Pero sí vaticinó que las armas y tácticas ensayadas en Afganistán «guiarán a nuestras Fuerzas Armadas en el futuro». Bush, quien se encuentra en su rancho de Crawford (Texas) para pasar las festividades de Navidad y Año Nuevo, regresará a Washington al final de la próxima semana para reincorporarse al trabajo en la Casa Blanca. «Debemos mirar a 2001 con tristeza y orgullo. Debemos mirar hacia adelante con determinación y decisión», añadió el presidente, quien anunció que pasaría una Nochevieja tranquila y se irá pronto a dormir, sin apenas celebración.

Por otra parte, otro pueblo del este de Afganistán fue alcanzado ayer por los bombardeos de Estados Unidos. Los bombardeos alcanzaron el pueblo de Shekkan, situado a 20 kilómetros de Gardez. Las fuentes no revelan si el ataque ha causado víctimas. Por otro lado, el portavoz del Gobierno paquistaní, el general Rashid Qureshi, afirmó ayer una vez más que no existía ninguna prueba que permitiera afirmar que Osama bin Laden se encuentra en Pakistán, como aseguró ayer un oficial afgano.

«Estos rumores circulan desde hace varias semanas», declaró el general Qureshi en una entrevista a la cadena de radio BBC. Además, quiso dejar patente que «ni tan siquiera Estados Unidos sabe dónde se encuentra Bin Laden». «¿Por qué concentrarse en Pakistán?», se preguntó el portavoz paquistaní. El Gobierno de Islamabad ordenó desde el comienzo de la crisis la detención tanto de afganos como no afganos que hubieran atravesado su frontera común. «En el caso de que el Gobierno afgano poseyera datos sobre el paradero donde se encuentra Bin Laden debería comunicárnoslo», manifestó el general Qureshi. El pasado jueves, el portavoz del Ministerio afgano de Defensa, Habeel, informó que Osama bin Laden se encontraba en la región tribal de la frontera afgano-paquistaní, bajo la protección del partido islamista paquistaní Jamiat Ulema-e-Islam (JUI), una información desmentida.