Encadenados, encapuchados y bajo una fuerte escolta viajaron ayer
desde Afganistán los primeros prisioneros que EE UU traslada hasta
la base de Guantánamo (Cuba), donde serán internados para ser
interrogados y, posiblemente, juzgados. Un avión de transporte C-17
despegó del aeropuerto de Kandahar con el primer grupo de veinte
prisioneros con destino a Cuba. En Kandahar, los primeros
prisioneros en viajar a Guantánamo, con la barba afeitada y
fuertemente vigilados, fueron divididos en dos grupos de diez y
atravesaron un pasillo rodeado de alambre de espino para subir al
avión.
Cada uno de ellos fue registrado antes de embarcar. Además, los
prisioneros viajaron encadenados, con capuchas en la cabeza y
sedados con Valium, tal como había avanzado el Pentágono. Cada
contingente viaja bajo la custodia de un número mucho mayor de
guardias especialmente entrenados y equipados con modernos bastones
eléctricos, el único elemento que reflejaba que nos encontrabamos
en el siglo XXI.
Inicialmente, el Pentágono había planeado que los vuelos con
aviones C-17 trasladaran a los prisioneros hasta otro aeropuerto
más grande, donde serían trasladados a aparatos de mayor capacidad.
Sin embargo, al menos en esta ocasión el C-17 realizará el vuelo
hasta Guantánamo, aunque deberá realizar una escala técnica para
reporstar combustible. El traslado del resto de los prisioneros
bajo custodia de EE UU (actualmente 371) se realizará con medidas
de seguridad similares. A pesar de todo, la portavoz del Pentágono,
Victoria Clarke, declaró que «les estamos tratando de forma muy
humana, de acuerdo con la Convención de Ginebra» sobre los
prisioneros de guerra.
El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, justificó la manera
en que se está tratando a los prisioneros al señalar que «son
individuos peligrosos», y dijo que el traslado se ha hecho teniendo
en cuenta la revuelta de noviembre en la prisión de la ciudad
afgana de Mazar-e-Sharif. Rumsfeld no precisó si los prisioneros
han sido sedados, al limitarse a decir que los responsables de la
operación «recibieron instrucciones de que usaran métodos
apropiados de control». Estados Unidos prevé trasladar a Guantánamo
un máximo de 2.000 prisioneros.
Por otra parte, el Pentágono ha reconocido que no hay
supervivientes entre los siete tripulantes del avión cisterna
KC-130 que el miércoles se estrelló contra una montaña de Pakis.
Acerca de las posibles causas, el jefe del Pentágono dijo que «no
tenemos datos que apunten a otra causa que una colisión con la
montaña», y luego se incendió el combustible que cargaba el
aparato. La muerte de los siete tripulantes del KC-130 ha supuesto
la mayor pérdida de vidas que sufre EE UU desde que comenzó los
bombardeos sobre Afganistán. Entre accidentes y combates, al menos
quince militares estadounidenses han muerto en Afganistán o en
países cercanos mientras participaban en el despliegue.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.