TW
0
FRANCE PRESS-BUENOS AIRES El presidente argentino, Eduardo Duhalde, aseguró ayer que el país vive «uno de los tiempos más dramáticos» desde el golpe de Estado de 1976 y advirtió que «un escalón más abajo es un baño de sangre». «Vivimos a partir de 1976 quizás la época más dramática» en la historia del país, aseguró Duhalde, quien advirtió que está preparado para afrontar los intentos de «desestabilización» por parte de sectores «no conformes con los cambios» de su modelo económico y social.

«Van a tratar de desestabilizarnos. Van a escuchar en estos días comentarios que van a surgir de esos sectores, que Duhalde se quiere ir, que quiere renunciar que van a renunciar sus ministros. Es como empiezan siempre con estos intentos de desestabilización», añadió. El presidente, que fue elegido por la Asamblea Legislativa y asumió el pasado 1 de enero para completar el mandato hasta diciembre de 2003, habló en la Residencia Oficial de Olivos ante un grupo de directivos de Organizaciones No Gubernamentales: «Hemos ido bajando escalón por escalón, recesión, depresión, estado preanárquico, caos. Vivimos a partir de 1976 quizás la época más tremenda».

No obstante, aseguró que, aunque «este gobierno que será de transición no nace con los mejores augurios», está «muy seguro» de lo que hace y seguirá durante los dos años de transición que se le han encomendado para su gestión, en una línea de pensamiento en el que su único partido será el de la «República Argentina».

Duhalde pretende, ya dentro de las reformas para superar la crisis, aprobar un proyecto de ley de reforma institucional que incluye reducir de 257 a 152 la cantidad de diputados nacionales, bajar de 72 a 48 el número de senadores y eliminar altos cargos políticos, con el objetivo de generar un fuerte ajuste de los gastos del Estado. Además, decidió ampliar un día el feriado cambiario, por lo que la Bolsa argentina no abrió ayer. Además, Eduardo Duhalde designó ayer a su esposa, Hilda 'Chiche' González, como ministra interina de Desarrollo Social, para que esté a cargo de coordinar, durante los próximos dos meses, un plan urgente de ayuda alimenticia hacia los sectores de extrema pobreza de la población. Nadie duda en Argentina de que se trata de la 'nueva Evita'.