El cura español Jesús Olmedo fue una de las 200 personas que se crucificaron simbólicamente en La Quiaca.

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La maquinaria judicial se puso ayer en marcha en Argentina para comprobar las denuncias de que antes y después de que se implantara el impopular «corralito», que restringe el uso del dinero depositado en los bancos, se sacaron del país millonarias sumas. Oficinas de dos entidades bancarias, entre ellas del BBVA-Banco francés -filial del grupo español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria-, de una compañía aérea y de empresas de transporte de caudales, así como dependencias de los dos aeropuertos de la capital argentina fueron registrados por la policía.

La policía, que también registró puestos de peaje de autopistas, donde se graba a los vehículos que pasan por ellos, se llevó documentación y casetes de vídeo, confirmaron fuentes de ese cuerpo. La orden partió del juez Norberto Oyarbide que investiga las denuncias sobre fugas de capitales presentadas después de que durante varios días circulasen rumores de todo tipo sobre el asunto, entre ellos los que hablan de presuntos testigos del transitar de centenares de furgones de caudales hacia el aeropuerto de Ezeiza.

El abogado Juan Carlos Iglesias, uno de los denunciantes, declaró ayer a «Radio Continental» que entre el 20 de noviembre y el 10 de diciembre pasados, es decir antes de que se impusiera el «corralito», puede haberse sacado del país 26.600 millones de dólares. Por su parte, la juez María Servini de Cubría, que está a cargo de otra investigación por el mismo motivo, cifró anoche en unos 10.000 millones de dólares la cantidad fugada desde que entraron en vigor las restricciones impuestas al circuito financiero.

Las trabas al libre uso del dinero contenido en cuentas corrientes y cajas de ahorro, y la congelación de los depósitos a plazo fijo, vigentes desde el 3 de diciembre, son uno de los mayores quebraderos de cabeza de los argentinos, en medio de una crisis económica y social sin precedentes en el país. Ocho de cada diez personas están en contra de que se mantengan esas medidas, que fueron adoptadas cuando era presidente Fernando de la Rúa y reforzadas tras la asunción del mando por Eduardo Duhalde, con el fin declarado de evitar una quiebra del sistema financiero, según un sondeo que publicó ayer el diario «La Nación».

El juez Oyarbide confirmó ayer que «los procedimientos que se están realizando son varios» y «en distintos lugares del país», y tienen como objetivo «saber si es verdad lo que afirman los denunciantes». El ministro argentino de Asuntos Exteriores, Carlos Ruckauf, negó que el Gobierno haya impulsado las órdenes de registro. «Nosotros no decidimos en una investigación a quién se allana (registra). Eso fue en las dictaduras», aseguró Ruckauf en un encuentro mantenido con la prensa extranjera.