Los principales países y organismos internacionales donantes se
comprometieron ayer en Tokio, en el marco de la conferencia sobre
la reconstrucción de Afganistán, país arrasado por más de dos
décadas de guerra y tres años de sequía, a conceder una ayuda de
1.000 millones de dólares (unos 1.120 millones de euros) durante
este año, y un total de 3.000 a medio plazo, para la recuperación
del país. «Más de una vez en los últimos años, algunos países se
han ensombrecido de nuevo en conflictos cuando la paz parecía
haberse instalado. Estamos aquí para evitar que esto ocurra en
Afganistán», advirtió el secretario general de la ONU, Kofi Annan,
durante la apertura de la conferencia que durará hasta hoy y en la
que participan 60 países y 20 organizaciones internacionales.
Annan estimó que hacen falta «1.300 millones de dólares a partir
de ahora para cubrir las necesidades inmediatas» del país,
principalmente los gastos de funcionamiento de la administración
interina en Kabul, la ayuda humanitaria y los proyectos de
asistencia para que puedan ponerse en marcha lo más pronto posible.
«Necesitamos contribuciones firmes y generosas», subrayó la
copresidenta japonesa de la conferencia, Sadako Ogata, ex Alta
Comisionada de la ONU para los Refugiados, subrayando que esos
compromisos deben ser «seguidos durante varios años».
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, lanzó también un
llamamiento lleno de emotividad en nombre de Japón, que propuso la
celebración de una conferencia de donantes ya en el mes de octubre
pasado y que durante años ha sido uno de los principales donantes
de ayuda a este país, olvidado durante décadas por la comunidad
internacional. «Quiero que los afganos se deshagan de sus armas y
se hagan con herramientas agrícolas y que pasen de un sentimiento
de inseguridad a un sentimiento de confianza», declaró Koizumi.
Estos llamamientos han parecido tener un efecto inmediato en los
asistentes y antes de que concluyera la primera jornada la Unión
Europea se había comprometido a aportar 550 millones de euros en
2002, Japón 250 millones este año y 500 millones más en los
próximos dos años y medio, y Estados Unidos 300 millones este año,
lo que en conjunto asciende a 1.050 millones de dólares.
Además, otros países se han comprometido a contribuciones
individuales como Arabia Saudí, Reino Unido y organizaciones como
el Banco Mundial y el Banco Asiático para el Desarrollo, lo que a
medio plazo hace que la ayuda prometida a Afganistán se eleve a
3.000 millones de dólares (unos 3.360 millones de euros). «Estados
Unidos no abandonará al pueblo afgano y nosotros, la comunidad
internacional, no le debemos dejar fracasar y nuestro apoyo será
asumir compromisos a largo plazo», declaró por su parte el
secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que asistió ayer
a la conferencia antes de regresar a Estados Unidos.
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