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PATRICIA SOUZA-OTTAWA La recesión de la economía japonesa es el principal punto negro de un proceso de recuperación económica global que los siete países más industrializados del mundo (G-7) han constatado este fin de semana durante su reunión de Ottawa. Los ministros de Economía y gobernadores del Grupo de los Siete -EE UU, Alemania, Francia, Japón, Italia, Canadá y el Reino Unido- lanzaron al término de la reunión un mensaje de optimismo sobre las perspectivas de recuperación económica mundial a corto plazo, al apuntar que la desaceleración será «de corta duración».

El comunicado final del G7 evitó cualquier referencia a ninguno de sus países miembros, aunque una de sus frases señala que «seguiremos vigilando de cerca los mercados cambiarios y cooperando de la forma en que sea adecuada».

El vicepresidente segundo español y ministro de Economía, Rodrigo Rato, realzó durante su participación en el G7 -en calidad de presidente del Consejo de Ministros de Economía de la Unión Europea (UE)- la mayor contribución de Europa al crecimiento económico mundial. Hace unos años, era frecuente que los responsables norteamericanos avisaran a Europa y a Japón de que precisaban hacer más para contribuir al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.