Al menos cuatro de los presuntos asesinos de Abdul Rahmán ya han
sido detenidos, entre ellos dos generales, mientras que otros tres
han huido a Arabia Saudí entre los peregrinos que viajaban a la
ciudad santa de La Meca, según fuentes gubernamentales. «Hemos
pedido a las autoridades saudíes que los arresten y los devuelvan a
Afganistán. Los detendremos y los llevaremos ante la justicia»,
dijo en una rueda de prensa improvisada Karzai, quien aseguró que
se trató de un asesinato premeditado.
De esta forma, el primer ministro afgano desestimó la tesis
utilizada en un primer momento que apuntaba a que Rahmán había
sufrido un linchamiento ocurrido de forma espontánea y perpetrado
por una turba de peregrinos indignados que le hicieron responsable
de la demora de su viaje. El suceso tuvo lugar a últimas horas de
la tarde del jueves en el aeropuerto de Kabul, donde el ministro
esperaba para abordar un avión con destino a Nueva Delhi, con una
delegación gubernamental.
Según algunas versiones, el ministro fue golpeado hasta la
muerte por peregrinos enfurecidos, que después arrojaron su cuerpo
a la pista de asfalto. En cambio, otras versiones gubernamentales
indican que Abdul Rahmán recibió dos puñaladas profundas en el
pecho y otra en la pierna, realizadas con un cuchillo de grandes
dimensiones. Alrededor de 900 de los 15.000 afganos que este año
realizarán la peregrinación a La Meca se habían congregado desde
hace varios días en los alrededores del destruido aeropuerto de
Kabul, después de varias semanas de engorrosos trámites y largas
esperas para obtener los visados. Los aviones para trasladar a los
afganos a los sagrados santuarios de La Meca y Medina, donde el
martes comenzarán los días grandes de la peregrinación, habían sido
enviados a Kabul por el propio reino saudí a petición de
Karzai.
La peregrinación es uno de los cinco pilares sobre los que se
sustenta el Islam, y es obligatoria, al menos una vez en la vida.
Karzai, sin embargo, insistió en que el asesinato «no tuvo nada que
ver con los peregrinos» y fue perpetrado «por razones personales».
Lo que no ha aclarado es si los altos funcionarios implicados
incitaron a la multitud o si los peregrinos encubrieron un ataque
deliberado. El primer ministro afgano ha ordenado la apertura de
una investigación para esclarecer los hechos.
Entre los acusados, hay varios generales, así como miembros de
los servicios de espionaje y del Ministerio de Justicia, informó el
ministro interino de Información, Abdul Rahim Majdum. Karzai, por
su parte, sugirió que el asesinato podía estar relacionado con una
disputa ocurrida durante los años de lucha contra el régimen
integrista talibán, que Gobernó en Kabul entre 1996 y noviembre
pasado.
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