Palestinos e israelíes siguen derramando sangre sin vislumbrarse una solución.

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Al menos tres personas murieron y otras treinta resultaron heridas en el atentado con explosivos perpetrado ayer por un supuesto suicida palestino en el asentamiento de Karnei Shomrón, en Cisjordania, según fuentes médicas israelíes. Según fuentes de la Estrella Roja de David, los muertos serían dos israelíes y el presunto autor de la acción, que perdió la vida al activar sus explosivos en el asentamiento. Se cree que los muertos israelíes, desfigurados por la explosión, son dos mujeres que se hallaban cerca de una pizzería en el centro comercial.

Pero no fue esta la única acción de una jornada que estuvo marcada por la violencia en la franja de Gaza y Cisjordania, donde murieron otros cuatro palestinos, mientras nadie parece poder encontrar una solución a la crisis. El número de las víctimas, que fueron evacuadas a hospitales de Israel, sigue siendo provisional. Cinco de los heridos estarían en estado grave. Se desconoce de momento cómo el presunto suicida palestino consiguió entrar en el asentamiento, situado en el norte de Cisjordania y rodeado por una cerca. Un conocido activista del Movimiento de la Resistencia Islámica (HAMAS), Nazih Abu Saba, murió en Cisjordania en un nuevo «asesinato selectivo» de Israel, informaron fuentes palestinas. En la acción resultaron heridos al menos tres niños. El ataque se produjo cuando Abu Saba caminaba por una céntrica calle de la ciudad cisjordana de Jenín, añadieron las fuentes.

Con este, se eleva a 62 el número de «asesinatos selectivos» perpetrados por el Gobierno israelí desde que comenzó la «intifada» contra la ocupación con el argumento de que este tipo de operaciones responde a su «legítimo derecho de autodefensa contra los terroristas». El nombre de Abu Sabaa se encontraba, según el diario 'Haaretz', en la lista de los militantes islámicos más buscados que Israel entregó a la Autoridad Palestina. Miles de palestinos se reunieron de inmediato en el lugar de los hechos, clamando venganza. Las autoridades israelíes se limitaron a informar de que Abu Sabara era «una bomba de tiempo», el argumento que suelen emplear para justificar esas ejecuciones como un acto de «auto-defensa».