La declaración del estado de «conmoción interior», o de sitio, por
parte del Gobierno de Colombia se esperaba para la pasada
madrugada, y no se descarta que se ofrezcan recompensas por ayudar
a detener a los jefes guerrilleros. El ministro colombiano del
Interior, Armando Estrada, informó de que esas son algunas de las
medidas que terminan de redactar el presidente Andrés Pastrana y
varios miembros de su gabinete para garantizar la campaña electoral
y afrontar los ataques de las FARC, que se recrudecieron tras la
ruptura del proceso de paz.
La ofensiva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) se intensificó el pasado 20 de febrero, cuando el Gobierno
anunció el fin de las negociaciones que mantenía con esa guerrilla
desde enero de 1999. Pastrana se reunió el martes con los mandos
militares y al salir manifestó que ha estado en contacto con las
autoridades de Estados Unidos, a las que pidió apoyo y equipos para
luchar contra el narcotráfico pero no una intervención militar.
«Nosotros no queremos ni aspiramos a una intervención militar.
Lo que le estamos pidiendo (a EE UU) es que ese equipo que hoy se
nos ha prestado para combatir el narcotráfico lo podamos utilizar
precisamente contra los 'narcoterroristas', quienes se están
financiando directamente y quienes resolvieron romper el proceso de
paz», dijo el gobernante.
Pastrana se refirió así a los helicópteros y otros medios
aportados por Estados Unidos al Plan Colombia, una estrategia
antidrogas a la que la Administración colombiana espera destinar
7.500 millones de dólares, de los que Washington aportó 1.300
millones. La situación se agravó el pasado sábado al ser
secuestrada la candidata presidencial Ingrid Betancourt cuando
intentaba llegar a la antigua zona neutral.
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