Las tropas estadounidenses continuaron ayer su lucha entre el frío
y las balas contra «los peores, los más duros» de los combatientes
de Al Qaeda y talibán, afirmó la portavoz del Pentágono, Victoria
Clarke. El Pentágono bajó ayer a ocho el número de víctimas
sufridas por las tropas norteamericanas desde que el viernes
comenzó la Operación Anaconda, en un área de apenas 20 kilómetros
cuadrados al sur de la localidad afgana de Gardez. El lunes, el
secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, había dicho que nueve
soldados habían muerto en el enfrentamiento más costoso para los
estadounidenses desde su intervención en Afganistán hace cinco
meses.
Mientras el Pentágono reconocía la dureza de los soldados de Al
Qaeda, los cadáveres de siete soldados estadounidenses que murieron
en las últimas horas en combate en Afganistán fueron repatriados
ayer a la base aérea estadounidense de Ramstein (oeste de
Alemania), según declaró la portavoz de la base, la capitana
Elizabeth Ortiz. Asimismo, el hospital militar de campaña español
de Bagram (Afganistán) atiende desde el sábado pasado a heridos de
las fuerzas norteamericanas que intervienen en los combates que se
desarrollan estos días al este de Kabul, en las montañas cercanas a
Pakistán, según confirmó ayer el ministro de Defensa, Federico
Trillo.
Insistió el ministro en que nuestras fuerzas en la zona,
adscritas a ISAF, no intervienen en esas acciones, que forman parte
de la operación «Libertad Duradera» contra el terrorismo.
Paralelamente, sobre el suelo de Afganistán Fuerzas aliadas en la
lucha contra el terrorismo encabezadas por Estados Unidos continúan
hoy la ofensiva armada para eliminar los reductos de Al Qaeda y de
los talibanes al este de Afganistán. Aparatos estadounidenses
mantuvieron por cuarto día consecutivo los bombardeos contra las
posiciones de los renegados que están resistiendo con fiereza la
mayor ofensiva de las fuerzas aliadas en lo que va de año.
Se desconoce con precisión si se han movido las posiciones sobre
el terreno de algunos de los bandos, pero los rebeldes han
conseguido frenar el avance sustancial sobre el terreno de las
tropas aliadas y de los combatientes afganos. Especialmente
significativa ha sido la presencia francesa en el cielo afgano en
las últimas horas. Cazabombarderos franceses bombardearon ayer
cuatro nuevos objetivos de la red de Al Qaida en la región de
Gardez, en el este de Afganistán, anunció el Ministerio galo de
Defensa. Los cazas participaron el lunes en el ataque a otros tres
objetivos de la red de Bin Laden. «Los 22 aviones de combate
franceses han participado en el apoyo de la acción terrestre que se
está llevando a cabo en la región de Gardez», indicó el Estado
mayor en un comunicado.
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