TW
0
EFE-KABUL Fuerzas aliadas encabezadas por EE UU y los combatientes afganos refuerzan sus filas ante un posible asalto final contra las milicias de Al Qaeda y talibán que resisten atrincheradas en las montañas del este de Afganistán. Aviones estadounidenses B-52 volvieron a bombardear ayer las posiciones de los rebeldes en las montañas de Arma, pero éstos resisten los ataques por sexto día consecutivo, aunque han perdido a cientos de sus hombres, según el gobierno de EE UU.

El jefe de la Administración Interina, Hamid Karzai, aseguró que esta bolsa de resistencia a unos 40 kilómetros de Gardez, la capital de Paktya, será eliminada «en un día o dos, o más tiempo si hiciera falta». Karzai afirmó que se tendrá la paciencia que se necesite, pero EE UU y las fuerzas afganas locales empezaron a reforzar sus filas en preparación aparente de un asalto final por tierra. El Gobierno de Kabul envió soldados, vehículos y tanques para apoyar a un millar de combatientes afganos que luchan junto a los soldados estadounidenses.

Asimismo, comandantes locales aseguran que millares de soldados más llegan desde las provincias circundantes. Las tropas de EE UU aumentaron también sus efectivos y más de 1.200 hombres participan ahora en la ofensiva, frente a los 950 que tenían cuando lanzaron la operación «Anaconda» el viernes por la noche.

Otros 200 soldados más de fuerzas especiales de los ejércitos de Canadá, Australia, Dinamarca, Francia, Alemania y Noruega participan en la ofensiva armada. Los aviones estadounidenses intensificaron ayer los bombardeos contra la red de cuevas y búnkers naturales en los que resisten centenares de combatientes de Al Qaeda y talibán, acción que, según algunos expertos, podría suponer la preparación del terreno para un asalto final.