El Partido Social Demócrata (PSD) ganó esta madrugada las
elecciones legislativas anticipadas portuguesas con el escrutinio
prácticamente concluido, según los datos oficiales de recuento. Al
término del escrutinio, el PSD suma 102 escaños, mientras que el
Partido Socialista (PS), que esta madrugada perdió el gobierno,
tiene seguros 95. Contados 5.427.366 votos de un universo de
8.705.996, la práctica totalidad de los depositados en las urnas,
la victoria del PSD, liderado por José Manuel Durao Barroso, es
segura. El PSD podrá buscar el apoyo parlamentario, incluso con una
coalición, en los 14 escaños que consigue el conservador Centro
Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP), que preside Paulo
Portas.
En cuarta posición se colocó la coalición de comunistas y verdes
(CDU-PCP), con 12 escaños, y la quinta fuerza parlamentaria fue el
radical Bloco de Esquerda (BE), con 3 diputados. Por porcentajes,
el PSD logró un 40'12 por ciento de los sufragios: el PS, un 37'85
por ciento; CDS-PP, un 8'75 por ciento; CDU-PCP, 6'97 y BE, 2'75.
El resto hasta totalizar el cien por cien, se lo repartieron otros
ocho pequeños partidos extraparlamentarios. Restan por contar los
cuatro escaños que eligen los 188.000 electores de la emigración
portuguesa en dos distritos, Europa y el resto del mundo, que no se
conocerán hasta dentro de varios días.
El líder del Partido Socialista (PS), Eduardo Ferro Rodrigues,
reconoció esta madrugada la derrota de su partido y el triunfo de
sus rivales del Partido Social Demócrata (PSD). «Perdimos las
elecciones por poco más del 2 por ciento de los votos», dijo Ferro,
pero admitió la derrota porque «nuestro objetivo era alcanzar la
mayoría, como también lo era del PSD». El líder socialista anunció
que desde ahora el PS ejercerá la oposición constructiva y
comenzará a construir una alternativa política a sus rivales del
centro-derecha. Ferro Rodrigues subrayó que el resultado de las
elecciones, con cerca del 38 por ciento de los votos para su
partido, es una derrota, «pero una derrota muy honrosa».
Las elecciones celebradas ayer se consideran uno de los comicios
más tranquilos celebrados en Portugal en los últimos años y con
menor número de protestas, según la Comisión Nacional de
Elecciones. Las mismas fuentes calcularon que la participación fue
muy parecida a la de las elecciones municipales de diciembre
último, cuando votó un 60 por ciento del censo, aproximadamente.
Todos los partidos se felicitaron por la normalidad con la que
transcurrió la jornada electoral y se declararon satisfechos por
las cifras de la abstención, que se temían más elevadas debido a la
adversa meteorología del día. Las elecciones celebradas ayer deben
cerrar la crisis abierta en diciembre por la dimisión del primer
ministro socialista Antonio Guterres, después de que su partido
perdiese las alcaldías de las principales ciudades portuguesas. El
Partido Social Demócrata considera que el resultado de estas
elecciones anticipadas es una clara prueba de la «voluntad de
cambio» de Portugal.
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