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AGENCIAS-MONTERREY El presidente de EEUU, George Bush, tendrá que escuchar en la cumbre de Monterrey las críticas que ha suscitado su programa adicional de ayuda al desarrollo, que anunció a bombo y platillo la semana pasada en Washington. Con ese plan, que aumenta la ayuda de los Estados Unidos en 5.000 millones de dólares anuales, Bush esperaba convertir su paso por Monterrey, donde asistirá a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, en un reconocimiento mundial de sus grandes esfuerzos por eliminar la pobreza del planeta.

Fuentes diplomáticas europeas en Nueva York destacaron la semana pasada, bajo la condición del anonimato, la gran habilidad de Washington porque iba a lograr «promocionar» su imagen en Monterrey con ese anuncio, a pesar de que, siendo el país más rico del mundo, es el menos generoso, puesto que aporta únicamente el 0'1 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) a esa causa. El comentario venía al hilo de una crítica acerca de que la Conferencia estaba «descafeinada», ya que no se tratarían muchos de los asuntos pendientes en la agenda para el desarrollo, entre ellos aumentar la ayuda de los países ricos al 0'7 por ciento del PIB.

Por otro lado, el presidente argentino, Eduardo Duhalde, se reunirá mañana con el su homólogo español, José María Aznar, con el objetivo de pedirle que interceda ante los países de la Unión Europea (UE) para que comprendan «la situación real» del país austral y aprueben una ayuda extraordinaria al país suramericano. «La cita con el señor Aznar es prioritaria en nuestra agenda, ya que podremos plantearle en persona los problemas que atravesamos y los planes que tenemos. Es un país amigo y que podrá transmitir al resto de Europa la situación real de Argentina», declaró ayer el portavoz del Gobierno, Eduardo Amadeo, quien agregó que «seguramente» formará parte de la charla entre los dos presidentes, en la que se debatirá acerca del conflicto generado con las empresas españolas en Argentina.