La muerte de tres israelíes en un nuevo atentado suicida palestino
en Jerusalén ayer puede asestar un duro golpe a las gestiones del
mediador estadounidense Anthony Zinni para alcanzar un alto el
fuego entre Israel y la ANP. Como primera medida tras ese atentado,
en el que también murió el atacante y más de 70 personas resultaron
heridas de diversa consideración, Israel canceló la reunión de
altos mandos que estaba prevista para la noche de ayer, en la que
las partes debían resolver sus divergencias sobre el Plan Tenet de
pacificación. En la reunión iban a participar dos representantes de
cada lado, bajo la mediación de Zinni, que no consigue estabilizar
la situación después de una semana en la zona.
«Estábamos ya en el coche cuando nos telefonearon los
estadounidenses y nos dijeron que se había cancelado», dijo Jibril
Rayub, jefe de la Seguridad Preventiva en Cisjordania. Por el
momento, Israel no ha informado de si se trata de una cancelación
de todos los contactos con los palestinos o de un aplazamiento,
pero Zinni se reunió anoche en Jerusalén con el Gabinete israelí
para asuntos de seguridad para tratar de convencerles de que no
ordenen una nueva represalia contra la ANP.
Sin embargo, se cree que tanto Sharon como Ben Eliezer han
advertido al enviado especial de que Israel no se contendrá mucho
más tiempo si continúan los atentados. Ante esta situación, el
presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, se comprometió
anoche a adoptar medidas inmediatas contra los instigadores del
atentado suicida.
«Condenamos firmemente este ataque en Jerusalén Oeste contra
civiles israelíes inocentes. Tomaremos medidas inmediatas y
necesarias para detener este tipo de ataques y arrestar a los
instigadores, y lo haremos sin perder tiempo», declaró Arafat en su
cuartel general de Ramalá. El atentado, reivindicado por la
Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, un grupo armado vinculado a Al
Fatá, el movimiento de Arafat, ocasionó, además de los cuatro
muertos, casi ochenta heridos. Tras conocer la reivindicación del
atentado de Jerusalén, Estados Unidos ha designado formalmente a la
organización palestina Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, ligada
al movimiento del presidente palestino Yasir Arafat, con la
categoría de «organización terrorista», lo cual implica la
imposición de restricciones financieras y de movimientos al grupo,
según el Pentágono.
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