Un nuevo atentado suicida palestino respondió anoche a la invasión
por el Ejército israelí de los territorios autónomos palestinos y a
la reclusión, por segundo día consecutivo, en su oficina de Ramala,
del presidente de la ANP, Yaser Arafat, por cuya salud temen sus
allegados. A pesar de la resolución adoptada ayer por el Consejo de
Seguridad de la ONU, que instó a Israel a retirar a sus tropas de
las ciudades palestinas, Sharon ordenó al Ejército israelí ocupar
con blindados el pueblo de Betania, vecino de Ramala y el de Beit
Yala, en el distrito de Belén, además de un barrio de la ciudad
dividida de Hebrón.
En Tel Aviv, un suicida palestino se inmoló en un café repleto
de israelíes al terminar la jornada sabática, causando «decenas de
víctimas», según las primeras informaciones. Al menos 30 personas
resultaron heridas, una de ellas de gravedad, en el atentado
suicida palestino perpetrado en el café 'My Coffee Shop', en el
centro de Tel-Aviv, según informa el diario israelí «Haaretz». En
Betania, tanques y soldados de infantería cercaron el cuartel
general de los servicios de Seguridad Preventiva palestinos,
dirigidos por el coronel Yibril Rayub, uno de los principales
negociadores palestinos antes del hundimiento del proceso de
paz.
«Vamos a seguir el ejemplo de Arafat y no nos rendiremos»,
afirmó Rayub.
Residentes palestinos de Ramala dijeron que la invasión israelí de
esa ciudad, capital administrativa de Cisjordania, en la madrugada
del viernes, ya ha causado la muerte a 40 personas, aunque otras
fuentes hablaban de una veintena de muertos y unos 150 heridos. En
algunos barrios de Ramala, bajo toque de queda, no había agua ni
electricidad, y el Ejército israelí convocó a todos los varones de
entre 16 y 40 años de edad de este municipio y del adyacente de Al
Bire a concentrarse en la calle para ser interrogados.
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