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JESÚS MARÍA ALONSO-CARACAS Al grito de «¡Que se vaya!», miles de opositores al Gobierno venezolano exigieron en Caracas al presidente Hugo Chávez que abandone el poder, e invitaron a los manifestantes a desalojarlo ayer mismo del palacio presidencial. La respuesta de los partidarios de Chávez fue convocar una concentración de réplica junto a la sede del Gobierno, en el palacio de Miraflores, para defender al presidente. Por su parte, francotiradores apostados en edificios aledaños al palacio de Miraflores, sede del Gobierno, sembraron la muerte entre los grupos de manifestantes que se encontraban en sus cercanías, indicaron medios radiales.

Fuentes del hospital Vargas, el más cercano a la zona, indicaron que ingresaron 88 heridos y 10 muertos, todos de bala. La concentración opositora ante una sede de la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) fue convocada como colofón a la huelga general promovida por sindicatos y empresarios, que el miércoles decidieron transformarla en indefinida. PDVSA, la mayor empresa latinoamericana y una de las más importantes del mundo del sector petrolero, está sumida desde hace siete semanas en la mayor crisis de su historia por un conflicto político entre sus gestores y el Gobierno, al que señalan como responsable de llevarla a la ruina y al desprestigio.

Los convocantes de la huelga, inicialmente de 24 horas, ampliada a 48 el miércoles e indefinida desde ayer, pidieron con insistencia la rectificación de Chávez, y en las últimas horas ya le exigieron que deje el poder por la «ineficacia» de su Gobierno. El alto mando militar venezolano anunció ayer, en un mensaje a todo el país, que el presidente Hugo Chávez se mantiene en el poder pese a las presiones sociales en su contra. Chávez, dirigió anoche un mensaje radio televisado a todo el país, en medio de continuas interferencias en la señal de audio de la emisión que hace casi imperceptible sus palabras. Chávez reapareció después de más de 48 horas de ausencia de la vida pública.