Las elecciones legislativas celebradas ayer en Argelia se vieron
marcadas por la escasa participación de la población en la Cabilia.
En esta región, los llamamientos a la abstención hechos por la
tribu 'aarch' para impedir estos comicios tuvieron como efecto una
participación de sólo un dos por ciento a media tarde. La jornada
electoral también se vio acompañada por la reanudación de los
enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.
En el resto del país, las votaciones para elegir a 389 diputados
se desarrolló normalmente, con 78 por ciento de participación, a
pesar de la nueva masacre cometida por un grupo integrista en la
noche del miércoles y que costó la vida a 23 personas al oeste de
Argel. La tasa de participación nacional fue de un 38'15 por ciento
a las cinco de la tarde, hora española, según el ministro del
Interior. En las elecciones legislativas de 1997, esta tasa era de
un 41'78 por ciento. En la capital, Argel, la participación era al
final de la tarde sólo de un 25 por ciento.
Los enfrentamientos paralizaron los comicios en la wilaya
(departamento) de Tizi Uzu (Gran Cabilia), donde sólo 175 colegios
electorales de los 880 previstos mantuvieron sus puertas abiertas,
según la agencia argelina de noticias APS. «Algunos colegios
electorales se vieron obligados a cerrar sus puertas después de
sufrir ataques, como la quema de urnas», según APS. La Policía
antidisturbios utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los
grupos de jóvenes concentrados delante del teatro de la ciudad de
Tizi Uzu, antiguo feudo de los 'aarchs' (tribu de la Cabilia),
principal grupo contestatario de esta región ocupada por la
Policía, según constataron testigos presenciales.
Los 'aarchs' instaron hace varias semanas al boicot de estas
elecciones calificadas de «farsa electoral», y anunciaron que
emplearían «todos los medios» para impedir su celebración a causa
de la insatisfacción de sus principales reivindicaciones culturales
y sociales. Tizi Uzu ofreció ayer un aspecto de ciudad muerta, con
las calles repletas de restos a causa de los enfrentamientos. Todas
las tiendas, incluso algunas panaderías, permanecieron
cerradas.
En las ciudades de esta región, donde ningún elector se presentó
para cumplir con su deber electoral, los accesos estuvieron
cortados por barricadas constituidas por troncos de árboles,
carcasas de vehículos, piedras y objetos diversos. «Eramos un
movimiento pacífico, pero las autoridades nos obligaron a
convertirnos en un movimiento 'destructivo'», según afirmó un
habitante de Ait Assi, cerca de Tizi Uzu.
La misma situación de huelga y de enfrentamientos con las
fuerzas de seguridad se registró en Bejaia, capital de la Pequeña
Cabilia (260 kilómetros al este de Argel) y en las ciudades y
localidades cercanas, según indicaron los habitantes. En Bejaia,
sólo 33 colegios sobre un total de 488 pudieron abrir, según APS.
Sin embargo, en el resto del país, los comicios se desarrollaron
con normalidad a pesar del temor a atentados islamistas. De hecho,
una nueva matanza causó 23 muertos la noche anterior a las
elecciones, cerca de Chlef (200 kilómetros al oeste de Argel).
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