Entre 40 y 100 civiles afganos pudieron morir ayer «por error»
durante un bombardeo norteamericano contra los asistentes a una
boda en el sur de Afganistán, después de que, tal como reconoció el
Pentágono, una bomba se desvió de su objetivo. Las autoridades
locales han informado de unos 40 muertos y la agencia Afghan
Islamic Press (AIP) ha registrado un centenar de víctimas mortales.
«Cuarenta personas, niños y adultos de los cuales sólo diez eran
hombres, murieron y unos 120 resultaron heridos en el ataque»
efectuado esta ayer noche, indicó el hermano del gobernador de la
provincia de Uruzgan, Raz Mohamed.
«Según nuestras informaciones, 40 personas resultaron muertas y
entre 60 y 70 resultaron heridas», declaró un responsable local del
distrito de Dehrawad, de esta provincia situada al norte de
Kandahar. El bombardeo tuvo lugar cuando se celebraba una boda en
la aislada aldea de Kakrakai, una localidad rural y aislada,
después de que los invitados dispararan al aire en señal de
alegría.
El presidente provisional afgano, Hamid Karzai, ha informado de
la creación de una comisión investigadora que estudiará el
incidentes sobre el terreno. El Pentágono también se ha
comprometido a abrir una investigación, después de admitir que una
bomba norteamericana se desvió de su objetivo en Uruzgan durante un
ataque contra un puesto de la defensa antiaérea que había disparado
contra una patrulla de reconocimiento estadounidense.
Los militares estadounidenses afirmaron que su bombardeo
respondió a un ataque con fuego de artillería contra uno de sus
aviones. Una de las bombas, según el Pentágono, alcanzó un objetivo
«errado». El portavoz del Pentágono, Jeff Davis, afirmó que este
organismo está «al corriente de las informaciones sobre víctimas
civiles», pero que de momento no le consta «claramente si estas
víctimas civiles se deben a nuestra bomba o a la defensa
antiaérea».
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