Aunque para los analistas no está claro que el caso Merck pueda
compararse con el de los dos mayores fraudes contables de los
últimos tiempos (Enron y WorldCom), el que una nueva empresa quede
bajo la lupa de los inversores, analistas y expertos contables no
hace sino acentuar la incertidumbre que rodea Wall Street. Merck
informó en una carta enviada a la Comisión de Valores de EE UU (la
Securities and Exchange Commission, o SEC) que desde 1999
contabilizó como ingresos unos 14.060 millones de dólares (14.290
millones de euros) que nunca fueron recibidos por la empresa.
Esos ingresos corresponden a los pagos complementarios que los
clientes de Medco Health Solutions, firma que administra beneficios
farmacéuticos propiedad de Merck, hacían a las farmacias cada vez
que compraban un medicamento. Estos pagos complementarios, que por
lo general oscilan entre los 10 y los 15 dólares (10'1-15'2 euros)
por cada prescripción, eran recibidos por cada farmacia y nunca
llegaban a las arcas de Medco, pese a lo cual esta empresa los
contabilizaba como ingresos.
Más tarde, la empresa descontaba los mismos ingresos como gastos
de operaciones, por lo que al final no se registraban cambios en
los beneficios netos de la compañía. Merck señaló que tal
procedimiento cumple con las leyes generales contables y que ni la
SEC ni la empresa están investigando el caso, ya que no creen que
se trate de una operación ilícita.
Según expertos contables consultados por el periódico The Wall
Street Journal, el primero que informó sobre el caso, el hecho de
agregar ingresos y luego restarlos disminuye considerablemente el
margen de ganancias de la empresa, lo que en la práctica podría
perjudicarla a los ojos de los inversores.
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