Miembros del Ejército norteamericano se desplazaron al lugar donde
se llevó a cabo un bombardeo por error contra una ceremonia nupcial
en Afganistán, con el fin de hacer desaparecer las pruebas de una
masacre que dejó un saldo de 48 muertos y 118 heridos, según un
informe preliminar de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
del que ayer lunes se hizo eco el diario británico 'The Times'.
Citando el documento, el rotativo llega a afirmar que existen
«pruebas nítidas de que tuvieron lugar violaciones de los Derechos
Humanos».
En primer lugar, el informe deja constancia de que los
inspectores de la ONU no encontraron armas en el lugar de la
tragedia, ni tampoco confirmación alguna de que los aviones
estadounidenses fueran tomados como objetivos por armas antiaéreas,
tal y como señalaron posteriormente las autoridades
norteamericanas. La ONU revela igualmente que las fuerzas de la
coalición llegaron rápidamente al lugar del bombardeo y «limpiaron
la zona», quitando los «fragmentos de obús, de balas y los rastos
de sangre», de acuerdo con este informe que, además, constata
«distorsiones» entre las declaraciones de las autoridades
estadounidenses y la realidad de los acontecimientos.
De acuerdo con las fuentes de la ONU citadas por el periódico,
los inspectores de la comisión del Ejército estadounidense,
encargado de investigar los hechos, «arrastran los pies a la espera
de que el tema sea olvidado». El informe, realizado por personas de
la ONU experimentadas y reputadas que «llevan un tiempo en una
región que conocen bien», contiene juicios que no están
suficientemente detallados, por lo que aún debe ser finalizado. No
obstante, este primer informe apela a abrir «una investigación en
profundidad para garantizar que estas tragedias no se repitan y que
la protección de la vida de civiles pase a ser una prioridad en la
lucha contra el terrorismo en Afgansitán».
Un total de 48 personas perdieron su vida y otras 118 resultaron
heridas durante el bombardeo efectuado la madrugada del 1 de julio
por aviones occidentales contra una boda cerca de la localidad de
Kakrakai, en la provincia central afgana de Uruzgán. Las
autoridades militares norteamericanas reconocieron a principios de
julio que aviones B-52 y AC-130 participaron en el ataque,
señalando que los aviones respondieron después de haber sido
tomados como objetivo. El «informe final» sobre el bombardeo por
error de las fuerzas estadounidenses será presentado hoy en Kabul,
anunció ayer el portavoz de la ONU, Fred Eckhard.
El portavoz no quiso, sin embargo, «hacer comentarios sobre los
detalles del informe», y que, de no ser así, la Misión de
Asistencia de la ONU en Afganistán (MANUA) haría una declaración al
respecto. En un comunicado de la misión de asistencia de la ONU a
Afganistán señala que un informe «más amplio está siendo concluido,
y proveerá una visión más detallada y precisa de las circunstancias
y consecuencias del bombardeo». «De cualquier manera... lo
descubierto por el grupo destaca la vital importancia de que
incidentes como éstos no vuelvan a ocurrir, tanto desde una
perspectiva humanitaria como política», señala el comunicado.
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