Las largas colas ante los cajeros automáticos se trasladaron ayer a Uruguay.

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JORGE FIGUEROA-MONTEVIDEO El Gobierno uruguayo, que dispuso que los bancos no abrieran ayer sus puertas y suspendió la actividad de dos entidades intervenidas, analiza fórmulas para tranquilizar y fortalecer la plaza financiera en este momento de crisis. Poco antes de anunciar oficialmente el festivo bancario el directorio del Banco Central del Uruguay (BCU) convocó a directores y gerentes de los bancos que operan en el país para explicarles la decisión. En forma paralela el ministro de Economía y Finanzas, Alejandro Atchugarry, y los integrantes del directorio del BCU y del estatal Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) analizan medidas con el objetivo de «sacarle presión» a la plaza financiera. La decisión de las autoridades uruguayas de cerrar los bancos puede ser indefinada. La realidad es que la fuga de capitales en los últimos días ha dejado al Banco Central de Uruguay literalmente bajo mínimos.

La crisis argentina puede haberse extendido a Uruguay y Brasil, país que vio ayer cómo su moneda, el real, caída un 32 por ciento frente al dólar. En Uruguay, las autoridades intentan frenar la descapitalización de la banca por la retirada masiva de ahorros, fundamentalmente por ciudadanos argentinos que habían llevado sus dólares al país por considerarlo más seguro. El festivo bancario, en principio únicamente por la jornada de ayer, fue dispuesto como consecuencia de la «suspensión de actividades» de los bancos Montevideo y Caja Obrera, informó la Presidencia de la República.

Fuentes financieras señalaron que ambos bancos, que hasta el lunes operaron con normalidad, «podían tener problemas de liquidez» para cumplir con sus ahorradores. Tras conocerse la decisión oficial de festivo bancario el precio del dólar se incrementó un 40 por ciento en las casas de cambio de Montevideo, no afectadas por el festivo, y para la venta subió de 27 a 35 pesos. El presidente del Banco Central ratificó que las autoridades «van a continuar tomando las medidas que sean necesarias, para garantizar la seriedad del sistema financiero». En caso de ser necesario «recurriremos a la Justicia, como ya se ha hecho, para que quienes se aparten de las normas del sistema respondan por su actitud con sus bienes patrimoniales», afirmó el presidente del BCU.

En los primeros seis meses del año unos 1.300 millones de dólares de las reservas del Banco Central del Uruguay fueron utilizados para respaldar las cancelaciones anticipadas de los depósitos hechos por extranjeros, en su mayoría argentinos. En los últimos siete meses los titulares de un 40 por ciento de los depósitos en el sistema bancario uruguayo los retiraron debido al «corralito» financiero que rige en Argentina y a la incertidumbre que reina sobre la economía regional. En el pasado mes de junio los depósitos en moneda extranjera en el sistema bancario uruguayo se redujeron 544 millones de dólares, 516 millones de ellos pertenecientes a «no residentes» en el país. Desde que estalló la crisis en Argentina, a fines del año pasado, el Banco Central de Uruguay intervino cuatro bancos: los ahora suspendidos, el Banco Galicia Uruguay, filial del argentino Banco Galicia y Buenos Aires, y el Banco Comercial.