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EFE/FP-JERUSALÉN Facciones palestinas y grupos políticos del Comité de Seguimiento de la Intifada de Al-Aksa firmaron ayer un borrador del documento que llama a la continuación de los ataques contra Israel sin especificar si se realizarían dentro o fuera del territorio israelí. Fuentes palestinas próximas al Comité de la Intifada aseguran que la decisión de no aclarar dónde se perpetrarían los atentados se debe a que Hamás ha asegurado que acepta el documento, pero con enmiendas a ciertos puntos del escrito. El líder de Hamás en Gaza, Ismail Abu Shanab, afirmó que el Movimiento de Resistencia Islámica está de acuerdo con el escrito pero con enmiendas relativas a «la resistencia armada contra Israel».

«Hamas no aceptará jamás un documento que prive a nuestra organización de su derecho a resistir la ocupación donde quiera que se produzca en territorio palestino, incluidas las operaciones de martirologio (ataques suicidas)», dijo Abu Shanab. Añadió que el documento no menciona una palabra sobre frenar los ataques suicidas contra Israel, y explicó que aborda la legitimidad de la resistencia a la ocupación israelí, las reformas en el seno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la formación de un programa conjunto basado en la «resistencia y el diálogo».

Por otra parte, Israel acusó formalmente ayer de asesinato al jefe del movimiento palestino Fatah en Cisjordania, Marwan Barghuthi, el más importante responsable palestino juzgado por un tribunal israelí, mientras el ejército israelí mataba a un jefe del grupo radical Hamas en Cisjordania. Barghuthi está inculpado de «asesinatos, complicidad en homicidios, intento de asesinato, participación en una organización terrorista y posesión de armas y explosivos» por lo que podría ser condenado a cadena perpetua. «El pueblo israelí paga un precio muy alto por la política de su gobierno«, afirmó Barghuthi, cuya primera audiencia de su juicio fue fijada para el 5 de septiembre.

Por otra parte, el alcalde de Belén, Hana Naser, desveló que Israel planea expropiar el 25 por ciento del territorio de la ciudad bíblica y anexionarse la Tumba de Raquel, y pidió ayuda internacional para frenar «el mayor desastre desde 1967». Estas declaraciones las realizó después de conocer la aprobación por parte del Consejo de Ministros de Israel, presidido por el primer ministro Ariel Sharón, del proyecto final para levantar el primer tramo del muro de separación.