Los abogados de la Casa Blanca han llegado a la conclusión de que
el presidente George W. Bush puede atacar Irak sin necesidad de una
autorización del Congreso. Esa conclusión se apoya en la vigencia
de la resolución del Congreso que en 1991 permitió que el
presidente George Bush, padre del actual mandatario, lanzara la
guerra del Golfo contra Irak. Bush ha prometido que consultará con
los legisladores, si decide emprender una operación militar cuyo
propósito declarado es el derrocamiento del régimen de Sadam
Husein, que el presidente de EE UU considera que integra, junto con
Irán y Corea del Norte, lo que califica de «eje del mal».
El consejero legal de la Casa Blanca, Alberto Gonzáles, ha dicho
al presidente que no tiene obligación de obtener aprobación del
Congreso para la acción contra Irak, principalmente porque la
Constitución designa al presidente comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas. Para que esta resolución tuviera aplicación en el
caso de Irak, la Administración de Bush necesita demostrar que hay
una vinculación entre Bagdad y la red Al Qaeda, a la cual
Washington atribuye los atentados que causaron miles de muertos y
heridos el 11 de septiembre en Estados Unidos. A su vez, el
vicepresidente estadounidense, Richard Cheney, intensificó el nivel
de las acusaciones de su Gobierno contra Irak, al asegurar que ese
país podría conseguir armas nucleares «bastante pronto».
Por otro lado, el canciller alemán Gerhard Schröder reafirmó el
pasado domingo en Berlín que considera «errónea» la política de
Estados Unidos hacia Irak y que Alemania no apoyará una
intervención militar bajo su gobierno. En el primer debate
pre-electoral televisado de la historia de Alemania, con su rival,
el democristiano Edmund Stoiber, Schröder subrayó que Alemania
respalda el incremento de las presiones diplomáticas sobre el
gobierno del presidente iraquí Saddam Hussein, hasta que permita
que los inspectores de desarme de la ONU viajen a su país para
verificar si Irak produce o no armas de destrucción masiva.
Stoiber, por su parte, criticó a Schroeder por su denominada
«vía alemana» en esta cuestión e insistió en que Alemania, aunque
debe salvaguardar sus intereses nacionales, por razones históricas
no puede tomar «un camino que no sea el europeo». Schroeder reiteró
recientemente su negativa a que Alemania participe en una eventual
operación contra el régimen de Saddam Hussein.
Subida del petróleo a causa de la tensión entre Irak y
EE UU
El barril de petróleo de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) se incrementó un 4'4% la semana pasada, hasta 26'81
dólares de media, lo que supone su nivel más alto en un año. Según
los expertos, esta subida se debe más a la tensión existente entre
Estados Unidos e Irak, país miembro de la OPEP, que a un incremento
sustancial de la demanda mundial de petróleo. Existen dudas sobre
si la OPEP decidirá en su próxima reunión aumentar su producción de
petróleo en el último trimestre del año, aunque algunos ministros
de Energía se han mostrado contrarios al eventual incremento. El
ministro kuwaití de Petróleo, Ahmad Al-Fahd Al-Sabah, señaló que la
OPEP estaría dispuesta a aumentar sus exportaciones si EE UU
emprende una operación militar contra Irak.
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