Decidido a que Washington no se quede solo si hay guerra en Irak,
el primer ministro británico, Tony Blair, ha reconocido que su país
está dispuesto a pagar con sangre esa «relación especial» que
mantiene con Estados Unidos.
Blair asegura que «no apoyaría a EE UU si creyera que hace una
política equivocada»; cree que la guerra es, a veces, «inevitable»,
y promete, en fin, que los británicos estarán al lado de los
americanos si «empiezan los tiros». El primer ministro hizo estas
declaraciones en una entrevista a la BBC.
La frase del «pagar con sangre», fue, a decir verdad, inducida
por el entrevistador de la BBC, quien le pregunta al primer
ministro: «¿Reconoce usted que uno de los elementos de la relación
especial con los americanos es que el Reino Unido esté dispuesto a
comprometerse mandando tropas, esto es, a pagar con sangre?».
A lo que Blair contesta: «Sí. Y lo que es importante, además, es
que en momentos de crisis ellos (por EE UU) sepan que no sólo
cuentan con nuestras expresiones de apoyo y simpatía ... Lo que
necesitan saber es: «¿Están ustedes dispuestos a comprometerse;
están listos para estar ahí cuando empiecen los tiros?».
Por otra parte, en un intento de reducir la oposición
internacional a su belicosidad contra Sadam Husein, el presidente
Bush comenzó ayer su campaña de discusión con dirigentes
extranjeros de su política hacia Irak. Bush habló ayer por teléfono
con los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; Francia, Jacques
Chirac, y China, Jiang Zemin, a quienes explicó los motivos que le
han llevado a aumentar el tono contra Irak a menos de dos meses de
las elecciones legislativas de EE UU.
La Casa Blanca reconoció que los tres presidentes dieron a Bush
«sus propias ideas» sobre Irak, pero evitó decirlas porque «les
corresponde a ellos».
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