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RAFAEL CAÑAS-WASHINGTON El Gobierno del presidente de EE UU, George W. Bush, pidió ayer formalmente al Congreso autorización para emplear la fuerza militar contra Irak y volvió a exigir al Consejo de Seguridad de la ONU que mantenga una actitud firme contra Bagdad. «Si queremos que se mantenga la paz, tenemos que tener la autorización para el uso de la fuerza», declaró Bush, quien añadió que, «si las Naciones Unidas no lidian con el problema de Irak», Estados Unidos y algunos de sus aliados lo harán».

Bush y su Gobierno quieren que el Congreso apruebe rápidamente esa resolución legislativa, con el fin de presionar al Consejo de Seguridad de la ONU para que apruebe una resolución dura contra Irak. «El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe trabajar con Estados Unidos, el Reino Unido y otras partes preocupadas para enviar un mensaje claro de que esperamos que (el presidente iraquí) Sadam (Husein) se desarme», aseguró el presidente.

Bush avisó de que si el Consejo de Seguridad «no afronta el problema, Estados Unidos y algunos de su amigos lo harán», y dijo que «confiamos en que la gente seguirá nuestro liderazgo», si bien no precisó qué países podrían apoyarle. El presidente estadounidense «cree que lo próximo que tiene que ocurrir es que las Naciones Unidas actúen firme y significativamente», según dijo su portavoz, Ari Fleischer. El borrador de la resolución que la Casa Blanca envió ayer a las dos cámaras del Congreso asegura que Irak mantiene una «significativa» capacidad de armas químicas y bacteriológicas, y busca «activamente» conseguir armas nucleares.