El Gobierno del presidente de EE UU, George W. Bush, pidió ayer
formalmente al Congreso autorización para emplear la fuerza militar
contra Irak y volvió a exigir al Consejo de Seguridad de la ONU que
mantenga una actitud firme contra Bagdad. «Si queremos que se
mantenga la paz, tenemos que tener la autorización para el uso de
la fuerza», declaró Bush, quien añadió que, «si las Naciones Unidas
no lidian con el problema de Irak», Estados Unidos y algunos de sus
aliados lo harán».
Bush y su Gobierno quieren que el Congreso apruebe rápidamente
esa resolución legislativa, con el fin de presionar al Consejo de
Seguridad de la ONU para que apruebe una resolución dura contra
Irak. «El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe trabajar con
Estados Unidos, el Reino Unido y otras partes preocupadas para
enviar un mensaje claro de que esperamos que (el presidente iraquí)
Sadam (Husein) se desarme», aseguró el presidente.
Bush avisó de que si el Consejo de Seguridad «no afronta el
problema, Estados Unidos y algunos de su amigos lo harán», y dijo
que «confiamos en que la gente seguirá nuestro liderazgo», si bien
no precisó qué países podrían apoyarle. El presidente
estadounidense «cree que lo próximo que tiene que ocurrir es que
las Naciones Unidas actúen firme y significativamente», según dijo
su portavoz, Ari Fleischer. El borrador de la resolución que la
Casa Blanca envió ayer a las dos cámaras del Congreso asegura que
Irak mantiene una «significativa» capacidad de armas químicas y
bacteriológicas, y busca «activamente» conseguir armas
nucleares.
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