TW
0
SUBHI HADDAD-BAGDAD La mecha de la guerra en Oriente Medio avanzó ayer algunos metros más después de que Irak advirtiese que no aceptará ninguna nueva resolución de la ONU, y el Ejército de EE UU anunciara que ya está listo para emprender el ataque.

El presidente iraquí, Sadam Husein, en Bagdad y el jefe del Estado Mayor estadounidense, general Tommy Franks, desde Kuwait, no dejaron ayer mucho margen para confiar en el diálogo: el primero se mostró firme en sus convicciones y el segundo listo para lanzar la ofensiva. Sadam reunió en Bagdad a sus más estrechos colaboradores con el fin de analizar los resultados del viaje que el ministro de Asuntos Exteriores, Nayi Sabri, realizó recientemente a Nueva York, donde intervino ante la Asamblea General de Naciones Unidas.

A la conclusión del encuentro, un portavoz oficial iraquí indicó que su país no quiere saber nada de nuevas condiciones y que «sólo respetará lo pactado hasta ahora» con el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

La Administración norteamericana «únicamente busca una resolución que sea perniciosa para Irak», apostilló el portavoz. Irak decidió esta semana ceder ante las presiones de la comunidad internacional y autorizar el regreso incondicional a Bagdad de los inspectores de desarme de la ONU, que abandonaron la capital iraquí en diciembre de 1998 tras ser acusados de espionaje.

Sin embargo, el presidente norteamericano, George W. Bush, afirmó que con su decisión el régimen iraquí sólo buscaba «engañar al mundo», anunció que proseguirá con las presiones para lograr una nueva resolución y advirtió de que podría llegar, incluso, a actuar de forma unilateral.

Fuentes fidedignas en Washington añadieron ayer que Bush ya tiene en su poder las opciones militares diseñadas por el Pentágono para un operativo bélico contra Irak. La información la refrendó en Kuwait el general Tommy Franks, quien declaró que sus hombres «están listos» para entrar en acción tan pronto como lo ordene la Casa Blanca.