Las ventas de virus y bacterias efectuadas hace dos décadas por
Estados Unidos a Irak pueden haber originado las armas biológicas
iraquíes que el Pentágono quiere destruir ahora, según informes
oficiales y de expertos. El senador demócrata Robert Byrd presentó
en el diario de sesiones del Congreso pruebas de que en los años
80, cuando Washington apoyaba a Irak en su guerra con Irán, el
Gobierno y una empresa privada vendieron a Bagdad cepas de agentes
patógenos potencialmente letales.
Las ventas fueron legales, aprobadas por el Departamento de
Comercio, pero «ya entonces debieron haber preocupado al Gobierno
acerca del uso que Irak pudiera darles», dijo Jonathan Ban, un
experto del Instituto sobre Control de Armas Químicas y Biológicas.
En la década de los 80, el Centro para el Control de Enfermedades
(CDC, un organismo del Gobierno) y la firma American Type Culture
Collection (ATCC) vendieron las cepas que Bagdad pidió con el
argumento de que las necesitaba para investigación médica.
El CDC y ATCC suministraron a la Universidad de Bagdad cepas de
ántrax, la bacteria del botulismo y los gérmenes que causan
gangrena. Ni el CDC ni la empresa reaccionaron a la difusión de los
documentos del senador Byrd, que han sido recogidos por la prensa,
y tampoco hubo comentarios del Gobierno. Ban explicó que las ventas
realizadas hace dos décadas son un comercio normal, y que todos los
agentes tienen usos médicos legítimos, como vacunas contra el
ántrax, y los cosméticos que emplean la toxina del botulismo.
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