El Gobierno de Bagdad insistió ayer en que los expertos de la ONU
inspeccionen los sitios donde presuntamente hay armas de
destrucción masiva, mientras que aviones de Estados Unidos
bombardeaban de nuevo el aeropuerto civil de la segunda ciudad
iraquí, Basora, en el sur del país. El ataque, el tercero contra
ese objetivo en las últimas dos semanas, causó la destrucción del
sistema de radar del aeródromo, además de instalaciones de
servicio, aunque no ocasionó víctimas. El bombardeo, confirmado por
Washington, coincidió con un llamamiento del viceprimer ministro y
ministro iraquí de Fabricación Militar, Abdel Tawab Mola Hawish,
para que los expertos en desarme de la ONU visiten Irak para
«comprobar las mentiras de EE UU y el Reino Unido».
Aludía, sobre todo, a dos instalaciones iraquíes -An Nasr y al
Furat-, incluidas en el informe publicado recientemente por el
primer ministro británico, Tony Blair, sobre el supuesto arsenal de
armas iraquíes de destrucción masiva. También, el presidente de EE
UU, George W. Bush, mostró en su último discurso una fotocopia de
un satélite de Al Furat, como parte de sus intentos de recabar
apoyo a los planes de Washington y Londres de dirigir una respuesta
militar a Bagdad si no ofrece la máxima colaboración posible con
los inspectores.
«Cualquiera que quiera visitar esos lugares lo puede hacer,
incluidos los inspectores de desarme, para que se compruebe que EE
UU prosigue con sus mentiras (sobre Irak)», dijo Hawish en una
rueda de prensa celebrada en la capital iraquí. «Yo como
responsable de la industria militar de Irak reitero que no poseemos
armamento de destrucción masiva, ni tenemos un programa o
instrucciones para fabricarlas», añadió Hawish, y reiteró que «si
los propios estadounidenses quieren visitar An Nasr y Al Furat,
pues que vengan inmediatamente».
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