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AGENCIAS-WASHINGTON El Gobierno de los Estados Unidos ha puesto en marcha una campaña en el mundo musulmán para frenar el sentimiento actiamericano. Los anuncios destinados a los países islámicos muestran la vida de personas y familias musulmanas afincadas en el país americano, que cuentan cómo viven y trabajan de forma libre.

Mientras, Washington parece resignado a esperar otra semana para lograr una resolución de la ONU sobre Irak, un asunto que sigue centrando la campaña del presidente George W. Bush y los republicanos. La semana próxima es la fecha límite de Washington para que el Consejo de Seguridad de la ONU pase de los debates a las decisiones y vote su resolución sobre el régimen de inspecciones en Irak y sobre las posibles consecuencias si Bagdad no cumple.

Mientras el presidente estadounidense presiona, los diplomáticos estadounidenses negocian a contrarreloj para lograr que los cinco miembros permanentes del Consejo (EEUU, Rusia, Francia, China y Reino Unido) se pongan de acuerdo sobre el texto de resolución sobre Irak. Los esfuerzos son dirigidos por el secretario de Estado, Colin Powell, quien en los últimos días se ha mostrado optimista sobre la posibilidad de superar las diferencias existentes, especialmente con Francia y Rusia, renuentes a una acción militar en Irak.