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El presidente estadounidense, George W. Bush, quiere trabajar con los demócratas después de la victoria de su Partido Republicano en las elecciones legislativas del martes, según afirmó ayer su portavoz, Ari Fleischer. El Portavoz presidencial quiso evitar triunfalismo tras conocer el resultado final de las elecciones legislativas norteamericanas, aunque dejó caer algunas de las propuestas que el presidente quiere aplicar desde el 11-S y que los demócratas le han impedido sacar adelante ya que ostentaban la mayoría absoluta en el Senado.

«Las elecciones están ahora detrás de nosotros. Debemos trabajar juntos por el bien del país», afirmó Fleischer en una conferencia de prensa y en alusión al Partido Demócrata, el perdedor de las legislativas del martes. El portavoz expresó que ahora el «asunto más importante en la agenda es la creación de un Ministerio de Seguridad Interior», bloqueada por la anterior mayoría demócrata en el Senado, pues el proyecto otorgaba poderes sin precedentes el presidente.

Además, los empleados de esa agencia estarían exentos de las leyes laborales que cobijan a todos los empleados federales, según la propuesta de Bush y que levantó un aireado debate en la sociedad norteamericana. Tras las elecciones legislativas, los republicanos consiguieron el control del Senado y mantuvieron el de la Cámara de Representantes. Según Fleischer, el segundo punto en la agenda de Bush ahora es «relanzar la economía» estadounidense.