El presidente de la Convención sobre el futuro de Europa, Valéry
Giscard d'Estaing, sorprendió ayer al rechazar la futura adhesión
de Turquía, porque a su juicio supondría «el fin de la Unión
Europea». Las reacciones fueron instantáneas: la Comisión Europea
recordó que la estrategia europea aprobada en Helsinki en 1992 ha
traído claros avances en democracia y Derechos Humanos, mientras el
vicepresidente de la Convención, Jean Luc Dehaene, se distanciaba
de su colega subrayando que Turquía participa en los trabajos de
esta asamblea por voluntad expresa de los Quince.
En una entrevista al diario vespertino francés 'Le Monde',
Giscard D'Estaing, que fue elegido por los quince jefes de Estado y
de Gobierno para dirigir la asamblea destinada a preparar la futura
Constitución europea, señala que «Turquía es un país cercano a
Europa, un país importante, que tiene una auténtica elite, pero no
es un país europeo». Además, insiste en que «su capital no está en
Europa, tiene el 95 por ciento de su población fuera de Europa, no
es un país europeo».
La UE debería tener con Turquía un pacto de asociación y
cooperación, del tipo que une a los Quince con Ucrania, es decir,
«otro proyecto», consideró el ex presidente francés. Durante la
Cumbre de Bruselas, el 24 y 25 de octubre, los Quince aplazaron
oficialmente la decisión de si dan o no una fecha de inicio de
negociaciones a Turquía a su reunión de Copenhague, el 12 y 13 de
diciembre, con el fin objetivo de ver el comportamiento del nuevo
gobierno turco de tendencia islamista elegido en las urnas.
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