Una avanzadilla de expertos en armas de la ONU llegó ayer a Bagdad
para preparar la reanudación de las inspecciones tras cuatro años
de ausencia y con el deseo de «aliviar la tensión» con Irak, dijo
el jefe de la misión, el sueco Hans Blix. Al mando de Blix, jefe de
la Comisión de la ONU para la Inspección, Vigilancia y Verificación
(UNMOVIC) del desarme iraquí, y Mohamed Al Baradai, director del
Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), treinta
inspectores llegaron a la una y media de la tarde de ayer al
aeropuerto internacional «Sadam» de Bagdad.
«La situación (internacional respecto a Irak) es muy tensa y
nosotros queremos aliviar la tensión», dijo Blix a los periodistas
a su llegada al aeropuerto de Bagdad. Blix, que fue recibido por el
asesor político de Sadam Husein, Amer Al Saadi, recalcó que
«estamos aquí para buscar armas de destrucción masiva, pero
esperamos no encontrarlas, porque lo que queremos es la paz». El
jefe de la UNMOVIC advirtió no obstante que «no se admitirá que
periodistas árabes o de otras nacionalidades acompañen a los
inspectores de armas en sus misiones de búsqueda», como había
sugerido Irak para garantizar la limpieza de su trabajo.
El grupo, compuesto por expertos técnicos, tendrá que determinar
el estado de las instalaciones que dejaron atrás sus antecesores en
diciembre de 1998, cuando abandonaron el país horas antes de que
estadounidenses y británicos bombardeasen Irak en lo que
denominaron «Operación Zorro del Desierto». La avanzadilla de la
ONU negocia en Bagdad iniciar las inspecciones de desarme el 27 de
noviembre. Según ha informado la UNMOVIC, para dentro de un mes se
espera que haya en Irak casi un centenar de inspectores, que
contarán con unos equipos «más modernos» para supervisar el
desmantelamiento de las posibles armas atómicas, químicas,
biológicas y misiles de largo alcance prohibidos a Irak desde la
Guerra del Golfo Pérsico de 1991.
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