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La ciudad de Turín, sede histórica de Fiat, se movilizó ayer en apoyo de los trabajadores amenazados de despido y en defensa de una industria automovilística que cuenta con una tradición centenaria. Una manifestación encabezada por los empleados de la planta turinesa de Mirafiori recorrió ayer las principales calles de la capital piamontesa, en un acto con una alta participación ciudadana. Los sindicatos, que acudían a la convocatoria de forma unitaria cifraron la asistencia en cerca de 70.000 personas.