Rasmussen insistió en el deseo de la UE de acabar hoy las
negociaciones con los diez, pero advirtió del «riesgo real» de un
retraso hasta 2007 al que se enfrentan aquellos que pretendan
obtener ventajas hasta el último minuto. El anfitrión de la cumbre
aseguró haber recibido ya «un claro mandato» del resto de los
líderes para no ir más allá de la última oferta. «Nuestra base para
el compromiso son los paquetes que hemos presentado. Ese es nuestro
mandato», aseguró.
Después de varios años de negociaciones técnicas con una docena
de países de Europa central y oriental y del sur Mediterráneo,
todos ellos más pobres que la media de la UE, los jefes de Estado o
Gobierno se disponen a cerrar el proceso en Copenhague con los diez
candidatos mejor preparados. Se trata de la República Checa,
Hungría, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Lituania, Letonia
y de las islas de Chipre y Malta. Polonia, el más grande y poblado
de ellos, mantiene su negativa a aceptar la oferta financiera de
los Quince, porque considera que todavía hay margen respecto al
techo acordado en la cumbre de Berlín en 1999.
Después de la cumbre de octubre en Bruselas, en donde los Quince
fijaron el coste de la ampliación en 39.297 millones de euros, la
presidencia de turno danesa preparó diez paquetes individuales de
compromiso con concesiones financieras para cada candidato. A lo
acordado en Bruselas, la presidencia añadió 1.300 millones de euros
más para mejorar la posición presupuestaria de los candidatos en el
primer año de su adhesión (2004) o para ayudarles, por ejemplo, a
reforzar sus fronteras exteriores o modernizar sus viejas centrales
nucleares.
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