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Un sacerdote fue miembro del IRA y participó en 1972 en un atentado que causó nueve muertos, entre ellos tres niños, un hecho que encubrieron el Gobierno británico y la Iglesia Católica, confirmó ayer la Policía del Ulster. Según una nueva investigación del caso abierta el pasado octubre, el religioso, cuya identidad no se ha difundido, intervino en el ataque con tres coches bomba perpetrado en julio de 1972 por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) en Claudy, al noroeste de la provincia.

Esta conclusión fue revelada ayer por el vicecomisario jefe del Servicio de Policía de Irlanda del Norte, Sam Kinkaid, que se reunió en Londonderry (noroeste del Ulster) con familiares de las víctimas del atentado, unos de los peores en la historia norirlandesa. «Al examinar unos documentos de 1972, se ha hallado información que claramente demuestra que un sacerdote de una parroquia del sur de Londonderry fue integrante del IRA y estuvo activamente involucrado en terrorismo. Los datos también indican que participó en el ataque de Claudy», comentó Kinkaid.

El responsable policial señaló también que el entonces ministro británico para el Ulster, William Whitelaw, y el cardenal William Conway, primado católico de la isla de Irlanda en aquella época, conocían los vínculos terroristas del sacerdote. Según Kinkaid, una carta fechada en el mismo año del atentado dice que Whitelaw «le dio al cardenal una explicación completa de su indignación por el comportamiento del cura».

«La misiva -agregó el vicecomisario- indica que el cardenal mencionó entonces la posibilidad de trasladar al clérigo». Pese a que la Policía ha recalcado que no divulgará el nombre del sacerdote, la prensa británica ha identificado al sospechoso como el padre James Chesney, quien nunca fue interrogado en relación con la atrocidad de Claudy y que falleció a causa de un cáncer en 1980.