Soldados estadounidenses llevan a cabo durante estos días ejercicios militares en el desierto de Kuwait.

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EFE-BAGDAD
En una conferencia de prensa en Bagdad, el consejero de la Presidencia Iraquí, general Amer al Saadi, elogió por otro lado el «trabajo profesional» de los inspectores de desarme, y dijo que seguirá colaborando con ellos.

La Armada del Reino Unido aportará a ese contingente unos 5.500 infantes de Marina que combatirán junto a varias unidades expedicionarias de marines estadounidenses.

También confirmó que el jefe de la Comisión de Inspección, Vigilancia y Verificación de la ONU, Hans Blix, pidió a Bagdad que le presente antes de fin de año una lista con los nombres de los científicos que trabajaron en los programas de armas de destrucción masiva, y aseguró que Irak «se la entregará».

«EE UU y el Reino Unido tienen que presentar las pruebas que constaten sus afirmaciones», dijo Al Saadi, que recordó que «los únicos que deberán decir si Irak tiene o no armas prohibidas son los inspectores». «Veinticuatro días de inspecciones demuestran que EE UU y Reino Unido dicen mentiras».

De otra parte, Estados Unidos y Gran Bretaña planean invadir Irak por el Golfo Pérsico mediante la toma del puerto estratégico de Basra, segunda ciudad del país, como anticipo de una ofensiva terrestre, informa «The Sunday Telegraph».

El dominical señala que Washington y Londres pretenden llevar a cabo esa operación con una fuerza militar anfibia formada por al menos 40.000 efectivos que estaría lista para actuar a finales de enero.

Washington y Londres califican de «extremadamente importante» la toma de Basra, dada la situación estratégica de su puerto marítimo y sus dos aeropuertos, para una posible guerra dirigida al derrocamiento de Sadam Husein.

Mientras, las Fuerzas Armadas de Israel y en particular las de la defensa civil, intensifican los preparativos en caso de que Bagdad ataque al país con cohetes balísticos tras una eventual acción militar de Estados Unidos.