La manifestación de la oposición contra el presidente Hugo Chávez se convirtió en una batalla campal.
EFE/FRANCE PRESS-CARACAS
En la capital venezolana se vivió ayer una tensa calma tras los
disturbios del viernes (madrugada de ayer en Balears), en los que
al menos dos personas murieron por heridas de bala y varias decenas
resultaron contusionadas. Otras dos personas heridas por disparos
permanecen hospitalizadas en situación «estable», según el
secretario de Salud de la Alcaldía Metropolitana, Pedro Aristimuño.
La violencia se desató cuando grupos simpatizantes del Gobierno de
Hugo Chávez lanzaron piedras, botellas y petardos contra
manifestantes de la oposición que intentaban llegar hasta el Paseo
Los Próceres, situado en las inmediaciones del Fuerte Tiuna, la
mayor guarnición de Caracas. La televisión local mostró cuando los
manifestantes de ambos bandos se lanzaban al suelo para evitar ser
alcanzados por las balas que, al parecer, provenían de las azoteas
de los edificios adyacentes.
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