Hans Blix (derecha) y Mohamed Elbaradei explican ante la prensa el acuerdo alcanzado en Bagdad.

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AGENCIAS-BAGDAD/LONDRES
El jefe de los inspectores en desarme de Irak, Hans Blix, anunció ayer que la ONU y el régimen de Sadam Husein han llegado a un acuerdo de diez puntos para facilitar el trabajo de los expertos, que prevé «el acceso a todos los sitios, incluso las casas privadas», según declaró a la prensa el propio Blix al término de una misión de un poco más de 24 horas en Bagdad y a falta una semana para la presentación ante la ONU del informe de los expertos internacionales sobre el desarme de Irak. No obstante, todavía quedan por resolver temas fundamentales, como los relacionados con el bacilo del ántrax, el gas VX y los misiles iraquíes 'Scud'.

El objetivo de Blix con la declaración firmada ayer era, según sus propias palabras, conseguir «un proceso de inspecciones eficaz y creíble». «Se ha avanzado mucho en este sentido, pero se presentaron obstáculos en el camino y algunas de estas dificultades no fueron resueltas hasta hoy (ayer)», afirmó durante una rueda de prensa en el Canal Hotel, sede de la ONU en Bagdad.

El documento prevé también alentar a los científicos a que acepten entrevistarse en privado con los inspectores y promueve la creación de un equipo para investigar sobre la posible posesión por parte de Irak de ojivas químicas de cohetes.

La declaración fue firmada durante una reunión de trabajo entre los dos jefes de los inspectores, el director ejecutivo de la Comisión de Control, de Verificación y de Inspección de la ONU, Hans Blix, y el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei, y los máximos responsables sobre desarme del Gobierno iraquí, según declaró el asesor de Sadam y principal responsable del tema desarme, Amer al Saadi, quien calificó el encuentro de «constructivo y útil».

Aparte de Al Saadi, Bagdad estuvo también representado por el jefe del Organismo de Control Nacional, encargado de las relaciones con los inspectores; el general Hossam Mohamed Amin y el embajador iraquí ante la ONU, Mohamed al Duri.

«Hemos arreglado algunos asuntos prácticos pero no todos», prosiguió. «Hay temas pendientes que no hemos podido solucionar», entre ellos «asuntos esenciales vinculados al bacilo del ántrax, al VX y a los misiles 'Scud'. Aún no hemos hablado de eso», añadió.

Por su parte, el ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, insistió ayer en que la guerra contra Irak «no es inevitable» pero anunció en la Cámara de los Comunes el envío de 26.000 soldados al Golfo Pérsico.

«Este despliegue no está relacionado con una acción militar específica, pues semejante decisión ni es inminente ni inevitable», afirmó Hoon.

Este contingente, cuya llegada a la zona está prevista para mediados de febrero, integra una brigada aérea de asalto y otra acorazada, las famosas «Ratas del Desierto», que ya lucharon en la guerra del Golfo.