Sin embargo, todas las plazas acabaron finalmente con unas
pérdidas que oscilaban entre el casi 4 por ciento del Ibex 35 de
Madrid y el 1,61 por ciento del MIB 30 de Milán. La declaración de
Hans Blix, jefe de los inspectores de la ONU, dando una de cal y
otra de arena, aplaza algo el peligro de guerra pero no lo elimina
en absoluto, por lo que los expertos creen que la sensación de
inseguridad y el nerviosismo se mantendrá de momento en los
mercados.
Paralelamente, el precio del petróleo siguió ascendiendo
vertiginosamente con sus negativas consecuencias para la evolución
económica. El barril de crudo de la OPEP llegó ayer a alcanzar los
30,78 dólares, lo que empeoró aún más la situación en los mercados
de valores. Todos los ojos están ahora puestos en el discurso sobre
el estado de la unión que hoy pronunciará el presidente de EEUU,
George Bush, y que será decisivo para anticipar la evolución de los
acontecimientos en Irak.
Irak arrastró con fuerza a la baja las bolsas de Wall Street
ayer, y el promedio Dow Jones cerró por debajo de los 8.000 puntos
por primera vez en tres meses. El índice Dow Jones de Industriales,
el más significativo de Wall Street, cayó 141,45 puntos (un 1,74
por ciento) y alcanzó 7.989,56 puntos, tras bajar el viernes último
238,46 puntos. El precio del oro se disparó ayer y ayer la onza de
oro superó los 370 dólares. En la anterior guerra del Golfo, el oro
llegó a superar los 400 dólares.
Mientras, la cotización del euro superó ayer un nuevo umbral
psicológico en el mercado de Londres y se situó por encima de los
1,09 dólares, un nivel desconocido para la divisa comunitaria desde
marzo de 1999. La moneda europea se intercambiaba a 1,0839 dólares
a las 17.00 hora española, frente a los 1,0865 dólares de cuatro
horas antes, y llegó a cotizarse a 1,0905 dólares a las 12.00 hora
española, su máximo nivel desde hace casi cuatro años.
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