«En este momento de inquietud internacional todos necesitamos
volvernos hacia el Señor para implorar la paz», declaró el Sumo
Pontífice en su mensaje a los fieles reunidos en la Plaza de San
Pedro para la oración del Angelus.
«Las dificultades que amenazan al mundo en el comienzo de este
nuevo milenio nos dejan pensar que sólo una intervención del
altísimo puede hacernos esperar un futuro menos sombrío», añadió el
Papa.
El Vaticano, opuesto a una intervención armada contra Irak,
criticó duramente al jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi,
por su actitud en esta crisis.
«Estoy decepcionado» por el Gobierno italiano, declaró el
domingo el director del Osservatore Romano, el diario oficial del
Vaticano, en una entrevista con el diario La Reppublica.
«Esperaba que adoptara una posición más clara. No se puede estar
al mismo tiempo a favor de la paz y de la guerra», explicó. Silvio
Berlusconi ha colocado a Italia en la coalición forjada por Estados
Unidos para emprender esta guerra.
En un paso más de la ofensiva diplomática del Vaticano para
evitar la guerra en Irak, Juan Pablo II ha decidido enviar hoy a
Bagdad al cardenal francés Roger Etchegaray con un mensaje para el
líder iraquí, Sadam Husein.
El portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, señaló que
la finalidad de la misión pontificia es la de «demostrar a todos la
preocupación del Santo Padre en favor de la paz», por la que ayer
volvió a clamar durante el rezo dominical del Angelus.
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