La cuestión debía haber sido presentada ayer por el Gobierno al
Parlamento para que votará su aprobación, pero la Cámara decidió el
jueves posponer la sesión hasta el martes, lo que exasperó al
secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, quien exigió una
respuesta para este mismo viernes. A la presión dialéctica se sumó
el secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, quien
advirtió a Turquía que, aún sin su colaboración, el Ejército
estadounidense «ya está preparado» para una invasión de Irak.
En una breve y esperada intervención ante los periodistas en el
aeropuerto de la ciudad turca de Ankara, Gul no se prestó a ampliar
el significado de sus palabras, ni dio más detalles sobre el curso
de las actuales negociaciones sobre este delicado asunto.
Fuentes diplomáticas internacionales en Ankara aclararon que en
el lenguaje político la escueta frase del primer ministro turco
significa «un sí tácito» a las demandas militares de la Casa
Blanca.
La concisa intervención de Gul sirve, además, para relajar la
tensión surgida en torno al asunto de la colaboración sobre el
terreno con Estados Unidos en un posible ataque a Irak, que había
perturbado las plácidas relaciones entre Ankara y Washington.
El Pentágono norteamericano, cuyo plan de ataque incluye abrir
un frente norte desde Turquía para dividir al Ejército iraquí,
subrayó, por su parte, que tiene un proyecto alternativo para
desplegar en «otro lugar» las tropas que prevé enviar a Turquía. En
este ambiente, Ankara todavía aprieta a Estados Unidos para que se
comprometa «por escrito» a entregar una indemnización
multimillonaria al país para reparar los daños que podría
ocasionarle una posible operación bélica en el vecino Irak
realizada desde su territorio.
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