La Cámara de los Comunes del Parlamento británico fue ayer
escenario de una seria rebelión de diputados entre las filas del
partido Laborista contra la disposición del primer ministro, Tony
Blair, a intervenir militarmente en Irak.
Esto significa que 122 diputados laboristas (de los 410 que
componen su grupo parlamentario) desafiaron al Ejecutivo en la
votación de la enmienda, y que 59 lo hicieron directamente contra
la moción del Gobierno. Se trata, pues, de la mayor rebelión
parlamentaria que ha afrontado Tony Blair en sus seis años de
mandato como primer ministro.
Una primera enmienda que consideraba que «no ha sido
suficientemente demostrada» la necesidad de hacer la guerra a Irak
fue derrotada por una mayoría de 393 votos contra 199. Y una moción
posterior del Gobierno que da al líder iraquí una «ultima
oportunidad para desarmarse» fue aprobada por 434 contra 124.
Entre los diputados laboristas que dieron la espalda a Blair
estuvieron el parlamentario más veterano -a quien se llama «Padre
de la Cámara»-, Tam Dalyell, la ex actriz Glenda Jakson, y los ex
ministros Peter Kilfoyle, Mark Fisher y Frank Dobson. Durante un
agitado y tenso debate parlamentario, el Gobierno tuvo en contra,
además, al Partido Liberal-demócrata -el tercero del país-, si bien
contó con el apoyo de la primera fuerza de la oposición, el Partido
Conservador de Iain Duncan Smith.
Algunos de los diputados que tuvieron una intervención estelar
en los Comunes fueron el ex ministro laborista Chris Smith y el ex
ministro conservador Kenneth Clarke -todo un peso pesado de la
política británica-, ambos contra el Gobierno. En Francia, los
desacuerdos sobre si el país debe usar su derecho de veto en la ONU
sembraron una nota discordante en el apoyo general a la apuesta
francesa por el desarme pacífico de Irak debatida ayer, sin voto,
por el Parlamento, en el que el Gobierno no mostró sus cartas en
ese punto crucial.
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