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EFE-BAGDAD
El presidente iraquí, Sadam Husein, desafió ayer militarmente a EEUU, tanto si ataca en solitario, como si lo hace con el aval de la ONU, en la primera ocasión que alude de manera pública a ambas posibilidades. «Lucharemos contra ellos, tanto si vienen solos o con un pretexto internacional», advirtió Sadam en una reunión de su gobierno, durante la que calificó de «completa locura» un ataque norteamericano. «Les combatiremos igual que hicimos en 1991», afirmó en alusión a la Guerra de Golfo, que concluyó con la expulsión de las tropas iraquíes del vecino Kuwait tras siete meses de ocupación.

El presidente iraquí trató a continuación de minimizar la importancia de la destrucción de los misiles Al-Samud II exigida por Naciones Unidas al considerar que su alcance supera los 150 kilómetros permitidos a Irak. «¿Qué más da que esos misiles superen en 10 ó 12 kilómetros ese radio? aún así no podrían alcanzar a Israel o a Estados Unidos», dijo Sadam en su también primera alusión al desmantelamiento de los cohetes iniciado el pasado fin de semana.

En todos sus discursos públicos, Sadam Husein se considera además el vencedor de aquella contienda por el hecho de que el Ejército iraquí hizo frente, sin ayuda, a una coalición bélica compuesta por 33 países encabezados por Estados Unidos. «El enemigo debe saber que los soldados y el pueblo de Irak le harán frente con fe y determinación tras su liderazgo nacional», subrayó. La alocución es la última de una serie de intervenciones del líder iraquí centradas en preparar al Gobierno, al Ejército y al pueblo para un nuevo conflicto armado. Sadam Husein se dirigió anoche a los altos mandos militares para garantizarles en este sentido que «Irak será para los norteamericanos como Vietnam, no como Afganistán».

«Los norteamericanos insisten en buscar cualquier pequeño detalle sobre los Al-Samud II. Pero su objetivo no son los misiles, sino debilitar nuestra moral. Bien, hemos perdido esas armas, pero vosotros sois ahora los nuevos Al-Samud», proclamó Sadam. Sadam Husein animó a los oficiales a «no tener miedo» de los norteamericanos, «a quienes sólo deben temer los gobernantes que ellos han puesto», en referencia a los líderes del golfo Pérsico, que han pedido el exilio del líder iraquí para resolver la crisis y a los que sin embargo no se refirió explícitamente.