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El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó ayer que está dispuesto a ir a una guerra contra Irak aunque uno o más países de la ONU veten una segunda resolución para autorizar una intervención militar. «Si uno o varios países aplicasen su derecho a veto y yo pensase que lo están haciendo de forma no razonable, entonces, en esas circunstancias, yo apoyaría» una guerra, dijo Blair en un debate con jóvenes de diez países, entre ellos de España, organizado en Londres por la cadena musical MTV.

«Pero estamos luchando muy duro -precisó el primer ministro- para obtener la aprobación a una segunda resolución, y yo aún creo que lo conseguiremos. No quiero hacer las cosas al margen de la ONU». Blair indicó también que una forma de evitar un nuevo conflicto en el Golfo Pérsico podría ser el abandono del poder de Sadam y su salida del país.

«Estaría preparado para aceptar una situación en la que Sadam marchara al exilio, explicó el primer ministro británico. Al interrogante que daba título al debate, ¿es la guerra la respuesta?, Blair respondió rotundamente que «sí», ya que después de doce años, «está claro que (el líder iraquí) Sadam Hussein no va a desarmarse pacíficamente». «La gente -explicó- cree que la guerra es nuestra primera opción, pero ya ha hemos barajado otras soluciones antes y hay que hacer algo ya, porque Sadam no está colaborando y esto no va a cambiar».

Además, volvió a insistir en que las reservas de petróleo de Irak no son la causa de la actual crisis y prometió que ni el Reino Unido ni EE UU pondrán «las manos en él» sin autorización de las Naciones Unidas. De otra parte, «The Guardian» revelaba ayer que el Reino Unido financió en 1985 en Irak una planta química que ahora es considerada por Estados Unidos parte del arsenal armamentístico que el líder iraquí debe destruir.